Blanca Suárez: las fotos por las que pusieron en duda su físico

Las actrices e influencers como Blanca Suárez están sometidas a una lupa constante de su vida y su cuerpo. En el caso de las primeras, porque tener un rostro y un cuerpo expresivos hacen que sea más fácil entrar a los casting para demostrar el talento. En los últimos años, el movimiento de cuerpos naturales intenta demostrar a los usuarios de las redes sociales, especialmente a los jóvenes, que los cuerpos de revista no son la realidad. Blanca ha sido objeto de esta situación con pruebas fotográficas y así dejar en evidencia otras propias de modelo.

Muchas actrices se han apuntado y otras reniegan de que utilicen Photoshop y programas de edición de fotografías para ‘esculpir su cuerpo’. Vivimos en una cultura de la imagen y de la vida sana, pero sobre todo de la estética y del cuerpo perfecto, pero nadie lo tiene en realidad. Es lo natural. Una de las más criticadas ha sido Blanca Suárez, a quien pillaron en 2015 y 2017 con fotos 100% naturales de su cuerpo. Muchos la llamaron gorda, y ella salió al quite.

Ropa de lo más sencilla y hamburguesas

blanca suárez

Blanca Suárez ha protagonizado numerosas instantáneas que son todo lo contrario al glamour y la exhibición de su belleza. Pero a la actriz no le importa, porque si no iría como otros casos siempre perfecta y preocupada de que la «cacen». Por ejemplo, en octubre del año pasado se la pilló paseando al perro por la calle con unos pantalones anchos, una sudadera, unas deportivas y el pelo recogido. Un atuendo de lo más sencillo e informal, casi de andar por casa. Y parece que es lo que suele llevar habitualmente para paseos, recados e incluso quedadas con amigos. Nada de vestidos bonitos ni tacones.

Tampoco se ha cortado Blanca a la hora de fotografiarse con comida basura como hamburguesas, que le encantan. No le importa ni en lo dietético ni en lo estético, ya que hay más fotos de la actriz degustando comida rápida o muy alejada de lo sano como un buen plato de pasta con salsa. Con ello demuestra que no es incompatible que se cuide o tenga dietas obligadas para su trabajo y disfrutar de la gastronomía calórica. Una vez más le da igual y pasa de las críticas.