Amoxicilina: los casos en los que no se recomienda tomarla

Con más frecuencia de lo que le gustaría a la comunidad médica, tomamos medicamentos para determinadas afecciones que no están recomendados. Suele suceder con los más conocidos, como el ibuprofeno, así como con otros como la amoxicilina, cuyo uso está cada vez más normalizado.

A pesar de que puedan parecer inofensivos, lo cierto es que en ningún caso debemos tomarnos a broma ningún tipo de medicamento. Todos ellos están pensados para ayudanos. Sin embargo, debemos tener siempre la opinión de un profesional detrás y no tomarnos por nuestra cuenta lo primero que veamos en el armario. En el mejor de los casos, podría no funcionar para nada.

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Errores frecuentes al tomarla

errores frecuentes

Además de los efectos secundarios que puede tener la amoxicilina, también debemos tener en cuenta algunos errores frecuentes que cometemos por nuestra cuenta al tomarla. Uno de ellos, por ejemplo, es tomarla menos días de los que nos ha prescrito el médico. Esto suele suceder cuando vemos que ya nos encontramos mejor y pensamos que su actuación ha dejado de ser efectiva.

Otro error es el de ingerirla con un intervalo de tiempo distinto al que nos han recomendado. El más habitual es cada ocho horas, pero es complicado cumplirlo. Si la tomamos con el desayuno, comida y cena no lo estaremos cumpliendo. Además, tampoco debemos ingerirla acompañada con un protector de estómago, como puede ser el caso del omeprazol. La razón es sencilla: no será necesario.

El médico será el profesional encargado de determinar el intervalo de horas que debe pasar entra cada toma, así como de los días que tenemos que ingerir el tratamiento. En cualquier caso, siempre debemos hacerle caso. Aunque, como hemos dicho, el intervalo más frecuente es cada ocho horas, también nos pueden recomendar tomarla cada doce. Todo dependerá del tipo de infección al que tenemos que hacerle frente.

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