Amoxicilina: los casos en los que no se recomienda tomarla

Con más frecuencia de lo que le gustaría a la comunidad médica, tomamos medicamentos para determinadas afecciones que no están recomendados. Suele suceder con los más conocidos, como el ibuprofeno, así como con otros como la amoxicilina, cuyo uso está cada vez más normalizado.

A pesar de que puedan parecer inofensivos, lo cierto es que en ningún caso debemos tomarnos a broma ningún tipo de medicamento. Todos ellos están pensados para ayudanos. Sin embargo, debemos tener siempre la opinión de un profesional detrás y no tomarnos por nuestra cuenta lo primero que veamos en el armario. En el mejor de los casos, podría no funcionar para nada.

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Efectos secundarios de la amoxicilina

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Cuando hablamos de la amoxicilina, debemos dejar claro que, de forma general, se trata de un medicamento bien tolerado por buena parte de la población. Sin embargo, al igual que sucede con prácticamente todos los fármacos que están disponibles a nuestro alcance, sí puede tener determinados efectos secundarios que, más que graves, serán molestos.

Entre ellos, destacan, por ejemplo, las diarreas o las náuseas. También se dan casos de erupciones en la piel, así como infecciones producidas por hongos en zonas como la boca o incluso la vagina. En el caso de que la diarrea sufrida fuera demasiado intensa, o viniera acompañada con sangre o con malestar general, deberemos suspender su uso de inmediato y hablar con nuestro médico.

Otro de los efectos secundarios es la reacción alérgica. Este es poco frecuente, pero sí es uno de los más graves e importantes. Esta reacción se puede dar en forma de erupción en la piel, acompañada de un fuerte picor de forma general. En casos más graves, puede ir acompañado de inflamación en zonas como la lengua, los labios o la cara, así como por dificultad al respirar. Requerirá ser visto por un profesional de forma urgente.