García Egea da más poder en la sombra a Alberto Fernández Díaz

Corren tiempos convulsos para el Partido Popular de Cataluña. Génova ha impuesto gestoras en las cuatro provincias catalanas tras el nefasto resultado cosechado el pasado 14 de febrero. La nueva reestructuración se ha pactado entre el jefe de filas del PPC, Alejandro Fernández, y el líder de la oposición en el Congreso, Pablo Casado.

En el seno del PPC corren distintas almas en estos momentos. Alberto Fernández Díaz, líder municipal de Barcelona durante los últimos 30 años, podría estar preparando su vuelta. Según ha podido conocer este medio, no aspira a encabezar ninguna lista electoral, pero ha podido maniobrar para colocar a su delfín en la primera línea de cara a los comicios de 2023. Se trata de Manu Reyes, un valor en alza y que habría impuesto Génova para pilota la gestora provincial de Barcelona. A cambio, Alejandro Fernández habría colocado a Jaume Veray, uno de los valores con mayor potencial en las listas de Girona.

Garcia Egea 1 Moncloa

Reyes sustituye a Óscar Ramírez, gran conocedor de Barcelona y quien ha llevado el peso de la labor del PP en el Ayuntamiento de la ciudad durante los últimos años. La lealtad de Ramírez, quien goza de la máxima confianza de la cúpula del PPC, es incuestionable. Pese al ultimátum de Josep Bou, quien ha llegado a afirmar que dejaría la formación que preside en Barcelona para acercarse a Ciudadanos o Vox, Ramírez ha aguantado el tipo de forma estoica y sin que la sangre llegara al río. Sin el acta de Bou, Ramírez tendría que haber ido al grupo de no adscritos, perdiendo así todas las subvenciones y asesores, pero no el sueldo. También habría perdido representatividad en los distritos y demás asignaciones económicas.

GÉNOVA COLOCA AL DELFÍN DE FERNÁNDEZ DÍAZ EN LA GESTORA DE BARCELONA

Según ha podido corroborar este medio de diversas fuentes ‘populares’, el PP ha descartado a Bou como candidato a las municipales de 2023. «De momento, los líderes serían quienes lideran las gestoras«, han asegurado fuentes internas de la formación. «Bou podría ser, aunque está prácticamente descartado», apuntan otras. «Habría que ver quién podría liderar al PP de Barcelona. Está a punto de desaparecer», señalan otros.

La guerra abierta entre Bou y el PPC se materializó con el cese de los consejeros de distrito de Les Corts y de Sarrià-Sant Gervasi, Xavi Cañigueral e Isaac Martín, respectivamente, y también del asesor Eduardo Bolaños, quien fue rescatado por el propio Fernández y colocándole como asesor en el grupo mixto del Parlament. Bolaños forma parte del círculo más próximo del líder del PPC. Tras cerrarse las heridas, aún sin cicatrizar, Bou acudió a Madrid para apoyar la campaña electoral de Isabel Díaz Ayuso, y la presidenta de la Comunidad de Madrid trató de ayudar a Fernández en la campaña electoral del 14-F.

Alberto Fernández Díaz maneja estos hilos

Sin embargo, para los ‘populares’ pesaron más las declaraciones de Casado en la emisora del Grupo Godó que las arengas de Ayuso. El líder del PPC desconectó de la campaña catalana, se dejó asesorar por los empresarios más tibios con los independentistas y aseguró que las imágenes de agentes de la Policía Nacional durante el 1-O no debían haberse producido. Estas declaraciones costaron, según analistas políticos, cerca de 100.000 votos para el PPC.

BOU MANTIENE EL APOYO DE GÉNOVA, PESE A LA DESCONFIANZA DEL PPC

Pero por qué Bou se mantiene en el cargo tras esta trifulca. Esa respuesta sólo la tiene Génova. «Tiene padrinos muy arriba», aseguran las fuentes consultadas. «Ana Camíns es una de sus protectoras, pero hay más», añaden. «Alberto Fernández Díaz maneja estos hilos«, aseveran las fuentes. «Bou es irrelevante. Es el títere de Alberto Fernández», han remachado otras fuentes.

Cobra más sentido que se haya impuesto así a Manu Reyes como cabeza en la gestora por Barcelona. Reyes es el altavoz de Fernández Díaz, quien pese a no entrar en las quinielas aún tiene ínfulas de poder en el seno de los ‘populares’. Y es que, a pesar de no estar en la política activa, en un artículo publicado recientemente en La Vanguardia, arenga a los barceloneses para reactivar Barcelona. Para ello, pide hacerlo desde la sociedad civil y en todos los ámbitos -profesionales, sociales o vecinales-.

CATALUÑA SUMA POR ESPAÑA, ¿EL FUTURO PARTIDO DE BOU?

Esta es la misma idea que propugna Bou con su Cataluña Suma. Una candidatura al margen del PPC que perjudicaría y mucho a los ‘populares’, necesitados de votos para evitar quedarse fuera del Consistorio. Hasta ahora, Bou ha defendido su postura de continuar en la política, a través de asociaciones y la de Megino, íntimo amigo suyo, es la más nombrada por las fuentes consultadas.

Y es que, el PPC juega con fuego elección tras elección. En Barcelona entraron por la mínima, igual que en el Parlament, escasamente por encima del requisito mínimo. El PPC apuntaba a entre ocho y diez escaños, pero la falta de movilización de sus propios votantes y la irrupción de Vox hizo el resto. Ni siquiera se aprovechó la debacle de Ciudadanos, como sí ha hecho Ayuso en Madrid.

Tres escaños obtuvo el PPC, mientras en Barcelona Josep Bou aprovechó la marejada para quebrantar la unidad de los ‘populares’ en el Ayuntamiento, dando paso a una escisión interna de considerables proporciones si su pretensión es dar batalla electoral en 2023. Bou ha bendecido a una plataforma de reciente creación, Cataluña Suma por España, presidida por su íntimo amigo Javier Megino. Según ha podido conocer MONCLOA.com de fuentes tanto internas como del entorno de Bou, Cataluña Suma sería la formación «de la gente» para tratar de echarle el pulso a Ada Colau o en su defecto a sus sustituto.

«Cataluña Suma es un proyecto de Megino, pero Bou está muy implicado», han afirmado las fuentes consultadas. El presidente municipal de los ‘populares’ barceloneses quiso imponer a Megino en su lista electoral, pero no le dejaron incluir el nombre. «Quizá por este motivo, Bou está tan interesado en apoyar esta plataforma», han apuntado las mismas fuentes conocedoras del entorno del concejal.

Las mismas fuentes apuntan que Fernández Díaz sería el maestro de ceremonias en la sombra en este nuevo movimiento interno de cara al 2023. Desde Génova no quieren escisiones, sino tener controlado a Fernández Díaz, cuyo liderazgo no se cuestiona. Sin embargo, el proyecto hacía aguas en los puestos intermedios de los ‘populares’, especialmente con las rencillas entre Bou y Ramírez.

GARCÍA-ALBIOL Y SU MARCA PROPIA EN BADALONA

Otra de las brechas con las que lidian en el PPC se centran en el papel de Xavier García-Albiol. El alcalde de Badalona, tercera ciudad de Cataluña, mantiene un tono muy alejado de los ‘populares’ a la hora de hacer campaña. Y es que, hasta ha evitado las siglas del partido en las últimas campañas para tratar de mantener el apoyo de sus conciudadanos. «Albiol tendría marca propia si quisiera», han asegurado unas fuentes. «Está preparando una candidatura propia», afirman otras.

El propio García-Albiol se posiciona por ahora al margen de los rumores y sigue centrado en potenciar la seguridad y recuperar la normalidad de la ciudad.

Así las cosas, Alejandro Fernández ha perdido poder territorial en favor de Génova, pese a asegurar un consenso con la cúpula del PP nacional. Los de Casado y Teodoro García Egea han impedido con este movimiento los congresos provinciales, órganos de decisión para elegir a los líderes y cabezas de lista. «Si Génova no hubiera actuado, Fernández mantendría el control en las cuatro provincias catalanas», han afirmado fuentes del partido.

Las mismas apuntan a Jaume Veray como el verdadero sustituto de Fernández al frente del PPC. «Es un gran valor en alza», insisten los consultados. Otros de los cambios vistos con las gestoras se centran en Xavi Palau, que ha sustituido a la sempiterna Marisa Xandri y Francesc Ricomà, que lidera Tarragona en sustitución de Francesc Caballero.

«Los cambios se han aceptado, aunque no todos han sido del agrado de Fernández», han destacado. Más, cuando se ha impuesto a uno de los hombres fuertes de Fernández Díaz en la rampa de salida por Barcelona.