Los empresarios están que arden. Al menos aquellos que forman parte de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales. A todos sorprendió que Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, saliera en público dando un capote al PSOE y su idea de conceder los indultos a los líderes del procés. El problema es que esa sorpresa ha cobrado sentido para algunos al enterarse de que el Gobierno condecoró con la Gran Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco al presidente de la Confederación tan solo 24 horas antes de que saliera a apoyar la polémica decisión del presidente del Gobierno. Tenga o no relación, lo cierto es que las presiones de la CEOE han obligado a Garamendi a salir de nuevo ante los medios de comunicación a justificarse y a matizar sus palabras. «No apoyamos los indultos», ha asegurado en un contexto en el que todos critican la coincidencia entre su condecoración y sus palabras. «Se sacó de contexto».
La portavoz del PSOE a nivel nacional, Adriana Lastra, ha hecho suyas las palabras de Garamendi para presionar al presidente del Partido Popular, Pablo Casado, y exigirle que «se ponga en el lado bueno de la historia» y apoye los indultos tal y como han hecho tanto Garamendi como algunos de los obispos españoles. Pero el problema es que Garamendi es el primero que ahora se ha asustado al ver las reacciones que han suscitado sus palabras. Si el Gobierno y la condecoración de Garamendi tienen relación con las palabras sobre los indultos, desde luego que el presidente de la CEOE quiere volver atrás en el presunto trato. Las palabras del presidente de la patronal son justo las contrarias que las de ayer. Y pese a que insista en que no se ha publicado lo que él dijo con total claridad, lo cierto es que aseguró que si los indultos traían estabilidad, «bienvenidos sean».
El Gobierno le concedió casualmente la condecoración 24 horas antes de que saliera a defender los indultos. Que la patronal entrara en esta cuestión arropaba mucho al Gobierno, dado que su decisión va en contra de lo que recomienda el Tribunal Supremo. Pero ahora todo parece haberse vuelto oscuro después de que los partidos conservadores como Vox o el PP salieran a criticar a Garamendi directamente con alusiones personales y después de que el presidente de la patronal haya recibido tremendas presiones internas para rectificar, cosa que ha hecho sin éxito.
Casado, lejos de sentirse presionado por las palabras de Garamendi, ha pasado al ataque. El presidente del PP ha estado calmado, pero ha dado orden interna de que los suyos presionen también al presidente de la patronal dado que sabe de buena tinta que los empresarios que componen la CEOE no están en su mayoría de acuerdo con las palabras de Garamendi. De hecho, fuentes del partido aseguran a MONCLOA que lo cierto es que ni un solo empresario había pactado con el presidente de la patronal esas palabras. Él las hizo por libre y a sabiendas de que el Gobierno le iba a dar una alta condecoración.
Casado ha aguantado el pulso que la Iglesia ha iniciado. El Gobierno ha conseguido convencer a los obispos de que es bueno conceder la libertar a los líderes del procés encarcelados. Sin embargo, no parece que el presidente de la CEOE esté en la misma línea. Garamendi ha dado un paso en una dirección y cuando ha visto la tormenta se ha echado atrás. La idea que circula en el PP es que el presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales ha cedido a las presiones tanto de un lado como de otro. El resultado: una confusión de la que no sabe salir ni él.
La condecoración por supuesto no ha ayudado en nada a disipar las dudas de si el Gobierno «ha comprado», tal y como entienden algunos dirigentes de Vox y del PP, a Garamendi para que dijera esas palabras. Los empresarios niegan estas acusaciones pero sí que reconocen que esta coincidencia en el tiempo no ayuda a disipar las dudas de qué relación guardan las palabras de Garamendi con las conversaciones previas que ha mantenido con el Gobierno.
Dice hoy la izquierda que Pablo Casado se queda solo contra los indultos tras el apoyo de Garamendi y los obispos catalanes a Sánchez
“Solo”, liderando a la inmensa mayoría de españoles leales a las reglas democráticas y abandonados por la izquierda
— Edurne Uriarte (@EdurneUriarte) June 18, 2021
«Dice hoy la izquierda que Pablo Casado se queda solo contra los indultos tras el apoyo de Garamendi y los obispos catalanes a Sánchez “Solo”, liderando a la inmensa mayoría de españoles leales a las reglas democráticas y abandonados por la izquierda», ha comentado la diputada del PP Edurne Uriarte.
LA DERECHA, CONTRA GARAMENDI
Como en otras ocasiones, el primero en dar el pistoletazo de salida ha sido el eurodiputado Hermann Tertsch. “Nauseabunda reacción de (Antonio) Garamendi. ¿No queda nadie digno por esas supuestas elites? Nada se normaliza con la traición y la impunidad del crimen. La cobardía jamás resuelve nada. Garamendi: ‘Si las cosas se normalizan, bienvenidos sean los indultos’”, ha comentado el eurorepresentante. Y como él, muchos dirigentes de Vox se han sumado a las críticas al presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) después de que éste haya dado su aprobación a la concesión de los indultos. “Bienvenidos sean”.
lo ocurrido con Garamendi es un ejemplo que incluso incomoda en la CEOE
Vox se jactaba de ser amigo de los empresarios, pero no parece que se vendan a cualquiera que tenga una sociedad activa. De hecho, lo ocurrido con Garamendi es un ejemplo que incluso incomoda en la CEOE, ávida de aclarar las palabras de su presidente pero tensa a sabiendas de que no hay matización posible. Todos los dirigentes de Vox, incluso su presidente, Santiago Abascal, han cargado muy duramente contra las palabras del presidente de la CEOE. “El jefe de la patronal comparte opinión con Otegi, Echenique y Sánchez. A Garamendi no le preocupan las empresas que salieron de Cataluña. A Garamendi lo que le preocupa es que los golpistas salgan de la cárcel. Qué indigna manera de representar a tantos empresarios honrados”, ha asegurado Abascal.