La nueva representante especial de la UE para el Sahel, Emanuela Del Re, tiene claro que los Veintisiete no deben «perder el foco» sobre esta región africana porque se trata de su «verdadera frontera sur» y porque son muchos los intereses que están en juego, no solo desde el punto de vista de la seguridad, sino también del desarrollo. Además, hace falta unidad entre los estados miembros.
En un momento en que Afganistán está atrayendo la atención internacional, Del Re ha defendido en una entrevista que, al margen de que haya que atender la situación en este país tras el ascenso de los talibán al poder la UE «no puede distraerse» ni «perder el foco» sobre el Sahel.
«Las especificidades de esta región exigen un empeño continuado por parte de la UE» y que esta siga de cerca en todo momento la evolución de la situación en el terreno, ha asegurado la italiana, que por el momento considera pronto poder vaticinar el impacto que lo ocurrido en Afganistán pueda tener en la región.
Así, ha reconocido que al igual que en Afganistán, donde los talibán no son un grupo homogéneo y existen diferencias internas, en el Sahel también existe una «fragmentación» entre los grupos terroristas –con una predominancia de la filial de Al Qaeda, el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM), y de Estado Islámico en el Gran Sáhara (ISGS)–, junto con una importante presencia de grupos criminales y tráfico de distinto tipo.
«Habrá que ver cómo evoluciona la situación, pero es un contexto complicado», ha respondido Del Re, al ser preguntada sobre si cree que los talibán podrían convertirse en el modelo a seguir para instaurar gobiernos islamistas en la región después de que por ejemplo JNIM les haya felicitado por su victoria.
DIALOGAR CON LOS TERRORISTAS
Respecto a un posible diálogo con algunos de estos grupos, una posibilidad que propugnan algunas voces en particular en Malí y Burkina Faso, ha sostenido que más que un «diálogo» igual como en el caso del debate actual sobre Afganistán, se puede hablar de contactos puntuales por ejemplo para facilitar la asistencia humanitaria.
En su opinión, si en el marco de la situación «claramente en evolución» que hay en el Sahel se ponen «las bases para un verdadero cambio» podría llevar a «una necesidad de conocer mejor las realidades terroristas», pero «en ningún modo a un reconocimiento». En cualquier caso, ha advertido, en este asunto hay posturas distintas en el seno de la UE y el debate sigue abierto.
En cuanto a la posibilidad de que se intensifiquen los atentados, la representante de la UE ha defendido la necesidad de «estar preparados» y de seguir «minuto a minuto» la situación, aunque ha reconocido que una «guerra asimétrica» como la que se lleva a cabo contra el terrorismo no siempre es fácil.
Por ello, ha subrayado, hacen falta instrumentos no solo en materia de seguridad, como pueden ser las misiones de entrenamiento de las fuerzas de estos países por parte de la UE –con la misión EUTM Malí a la cabeza–, sino también en materia de desarrollo.
La clave para lograr el «nexo» entre la seguridad y el desarrollo en el Sahel es la «gobernanza», ha incidido Del Re. Sin ella, «no se puede crear una sociedad que funcione» y los terroristas, especialmente en las zonas más remotas, pueden aprovechar este contexto para crear sus propios sistemas de bienestar y ganar apoyos. Todo esto genera más inestabilidad y la «ingobernabilidad» de estos países.
«Hace falta una gobernanza que garantice en primer lugar el acceso a servicios básicos», incluida la educación, ha defendido la representante. En su opinión, «esta es la mejor receta para poder brindar cambios significativos que tengan un impacto positivo en la población», una población mayoritariamente joven «cuyo gran potencial no debemos infravalorar».
PAPEL DE ESPAÑA
Del Re ha reconocido que no todos los estados miembro comparten el mismo interés por lo que pasa en el Sahel, pero incluso los que no tienen un interés directo por su proximidad geográfica tratan de aportar y se fían de lo que hacen otros países como España, que está muy implicado. «Cuando España opera en el Sahel no lo hace solo como asunto suyo, sino que lo hace para toda Europa«, ha resaltado.
«España es un país fundamental en el Sahel y un actor importante y creíble», ha subrayado Del Re, incidiendo en su aportación en el terreno de la seguridad, con proyectos como el GAR-SI que lleva a cabo la Guardia Civil y que conjuga formación en materia de seguridad y en Derechos Humanos, pero también en el ámbito del desarrollo, con un fuerte empeño no solo moral sino económico.
La representante especial para el Sahel ha iniciado en Madrid este lunes y martes sus primeros contactos con los Estados miembro y los países de la región desde su nombramiento el pasado mes de junio. Durante su estancia, se ha reunido, entre otros, con los ministros del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y de Defensa, Margarita Robles.
Sus encuentros le han permitido constatar la «grandísima armonía de puntos de vista entre España y la UE» en lo que respecta al Sahel, pero también con su propio país, Italia, sobre la base de que es necesario el desarrollo democrático de esta región, además de su seguridad.
Existe, ha dicho, «una unidad sobre valores morales y esto no es una banalidad» ya que permite transmitir un mensaje de unidad que «convence a las poblaciones del Sahel de que permanezcan orientadas hacia la UE» con la mirada puesta en reformas democráticas y encaminadas al Estado de derecho. «Es muy importante que haya un punto de vista coral» en el seno de la UE respecto al Sahel, «verdadera frontera sur».
NUEVAS FÓRMULAS FRENTE A LA INMIGRACIÓN
Otra cuestión muy importante para la UE es la migratoria, reconoce Del Rel. «No queremos que haya más muertos en el Mediterráneo ni en el desierto», asegura, defendiendo por ello la necesidad de que la UE «dé un paso adelante», reconozca los esfuerzos que algunos de estos países, sobre todo Níger, han hecho para combatir la inmigración irregular.
«Es el momento de que la UE reconozca la colaboración de los países del Sahel y de que estos países estructuren junto a nosotros estrategias que den respuestas estructurales y no de emergencia» frente a este problema, entre las que propone por ejemplo la creación de corredores humanitarios o la migración circular.
Algunos países de la UE ya están trabajando en este sentido, como Italia, a sabiendas de que hacen falta fórmulas que no solo bloqueen sino que intenten gestionar los movimientos migratorios y combatir el tráfico de personas.
En su opinión, los corredores humanitarios son una buena fórmula. En el caso concreto de Níger, con el que ya se trabaja, permite la migración de grupos vulnerables en colaboración con las autoridades locales, la sociedad civil y las organizaciones internacionales.
«Es un modelo extremadamente interesante que debe ser puesto en valor porque debería ser una de las fórmulas del futuro» dado que «los flujos migratorios no se detendrán nunca a menos que consigamos crear sociedades que respondan plenamente a los principios democráticos y el desarrollo de la persona y el Estado de derecho», previene.
En otro orden de cosas, Del Re considera que la creación de un Ejército europeo, como defiende el Alto Representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, «podría ser una novedad interesante» si la creación de esa fuerza supone que las tropas de los distintos países «comparten un periodo de formación» que les permita empaparse de los valores europeos y difundirlos en sus misiones. Cuantos más elementos hayan que nos unan, mejor será, ha valorado.