El presidente del Global Solar Council (GSC), José Donoso, ha reivindicado el papel de la energía solar fotovoltaica en el evento de acción energética organizado por la Asociación de Marrakech para la Acción Climática Global (MPGCA) en la cumbre climática COP26 de Glasgow.
«La energía solar fotovoltaica no sólo es barata y limpia, sino que también es muy versátil. Puede llevar electricidad allí donde los medios convencionales han fracasado, puede cambiar la vida de la gente, y esto nos enorgullece», ha señalado Donoso durante el encuentro organización con la colaboración con IRENA, The Climate Group, GWEC, ICC, IEA, REN21, SEforAll, UNEP y WBCSD.
El presidente del GSC ha recordado que cuando las cumbres del clima de la COP comenzaron en 1995, la tecnología solar fotovoltaica era probablemente la forma más cara de producir electricidad, y todo el mercado no ascendía a más de 3-4 megavatios (MW) al año. Ahora, la energía solar fotovoltaica es la forma más barata de producir electricidad. El año pasado se instalaron 120 GW de capacidad fotovoltaica.
La energía solar fotovoltaica es también, a ojos de la firma, la tecnología más versátil disponible para la transición a las energías renovables, gracias a su capacidad para empoderar a las comunidades y cambiar la vida de las personas. Ofrece soluciones únicas para la electrificación de países en los que las fuentes convencionales no han conseguido llevar la energía y el desarrollo a cientos de millones de personas.
Su flexibilidad, aplicada a las zonas urbanas e integrada en las redes inteligentes, el transporte y las telecomunicaciones, puede allanar el camino para la creación de ciudades inteligentes. Se prevé que la producción y el consumo de electricidad cambie drásticamente y «la energía solar fotovoltaica es el motor de este proceso desde el punto de vista energético», ha expresado Donoso.
Sin embargo, Donoso ha señalado la necesidad de mejorar el ritmo de instalación actual de la energía solar fotovoltaica «porque la tecnología se enfrenta a importantes barreras en muchos países».
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) e IRENA han fijado un objetivo de 5 teravatios (TW) de energía solar fotovoltaica para 2030, con el fin de mantener el equilibrio con un aumento de las temperaturas de 1,5 ºC, pero el GSC ha calculado que, incluso si el sector mantiene su excepcional crecimiento actual, no alcanzaremos el objetivo de 2030 en un 22%.
Los cuellos de botella en la concesión de permisos siguen frenando el ritmo de la energía solar fotovoltaica, incluso en países caracterizados por una fuerte voluntad política. La tecnología está madura y podría contar con una amplia liquidez en los mercados financieros. «Hay fondos públicos y privados dispuestos a invertir, pero necesitan seguridad jurídica, marcos regulatorios claros y justos para evitar retrasos administrativos. Es necesario formar a más funcionarios cualificados en aspectos relacionados con las energías renovables para apoyar a las administraciones», ha remarcado Donoso.
«En la transición y en la eliminación de las subvenciones a los combustibles fósiles, tenemos que reconocer que los países parten de situaciones muy diferentes, por lo que tenemos que adaptar nuestros esfuerzos a medida que vamos descarbonizando la economía mundial», ha explicado el presidente del GSC.