El cardenal Osoro siente «vergüenza» por la situación en la Cañada Real

El cardenal arzobispo de Madrid y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Carlos Osoro, ha afirmado que le causa «vergüenza» la situación que viven «a pocos kilómetros de la Puerta del Sol» 4.000 vecinos de la Cañada Real Galiana, más de 1.800 de ellos niños y niñas, que llevan más de un año sin luz, y ha urgido a las administraciones a actuar como si se tratase de «una emergencia o una calamidad».

«Lo que pasa en la Cañada Real me duele, me conmueve y me indigna. ¡No puede ser! ¡No hay derecho! No podemos normalizar ni validar la falta de electricidad y de una vida digna para quienes viven allí. Hay que decir con toda firmeza que esto no es tolerable y menos para cualquier creyente, que si reza en serio el padrenuestro, verá que allí hay hijos de Dios y hermanos», ha expresado el cardenal Carlos Osoro este miércoles en una entrevista.

El arzobispo ha asegurado que le «entristece» que «a pocos kilómetros de la Puerta del Sol» existan «estas situaciones que generan tantísimo dolor y sufrimiento en quienes ya de por sí tienen una situación de muchísima precariedad». «Me da vergüenza que haya niños y ancianos en esa situación», ha declarado.

El cardenal, que el pasado 9 de junio visitó la Cañada Real para encontrarse con la gente que vive allí y conocer de primera mano el trabajo de Cáritas diocesana de Madrid, afirma que pudo «comprobar sobre el terreno su calidad humana y cristiana» y la «labor impresionante» que realiza Cáritas.

«Además de intervenir directamente acompañando a los niños y a las familias, sin distinción de razas ni de religión, han formulado quejas al Defensor del Pueblo, han pedido la intervención de la Fiscalía para proteger a los niños y reclamar el cumplimiento de los derechos humanos. También Justicia y Paz ha hecho un informe denunciando la violación de los derechos de unos niños a los que estamos hipotecando el futuro», ha detallado Osoro.

MIENTRAS, BASTANTES DORMIMOS CALIENTES EN LA CAMA

Si bien, junto a todo esto, el cardenal ha añadido que son precisas también «medidas paliativas» ante «tanta vulnerabilidad». «Sobre todo de cara a un invierno en el que bastantes dormimos calientes en la cama», ha precisado.

Tal y como recuerda el arzobispo de Madrid, «la falta de energía eléctrica supone que no hay calefacción, que no hay para calentar el agua, que no hay lavadoras, que los frigoríficos no funcionan, que no se pueden cargar los móviles, que no hay conectividad, que los chavales pierden clases».

Por ello, además de las dimensiones «estructurales» del problema, ha pedido «no olvidar la puesta en marcha de medidas paliativas que deben establecerse con urgencia».

En este sentido, el cardenal reclama «a todas las administraciones un mayor nivel de compromiso y, desde luego, mucha más agilidad». «Se trata de hacer, pero de hacerlo bien y con rapidez porque la situación es terrible y a cualquiera le causa vergüenza», ha enfatizado.

Así, insta a «la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento y el Gobierno» a «considerar que se trata de actuar como si de una emergencia o una calamidad se tratase». «Los habitantes de la Cañada necesitan exactamente lo mismo que necesitamos los demás. Es deber de todos lograr que lo tengan», ha apostillado.

El arzobispo también ha recordado las palabras del Papa Francisco en la encíclica ‘Fratelli Tutti’ cuando dice que no se puede permitir que nadie quede «a un costado de la vida». «Nos debe indignar, hasta hacernos bajar de nuestra serenidad para alterarnos por el sufrimiento humano», dice el Pontífice en el documento.