La Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos ha presentado una demandada para bloquear la adquisición por 40.000 millones de dólares (35.334 millones de euros) del fabricante de microchips británico Arm por parte de la estadounidense Nvidia, que acordaron la transacción en septiembre del año pasado.
Según este organismo federal, el acuerdo vertical planteado le daría a una de las compañías de chips más grandes del mercado el control sobre la tecnología y los diseños informáticos en los que confían empresas rivales para desarrollar sus propios microprocesadores competidores.
De este modo, en su queja la FTC alega que la empresa combinada tras esta transacción tendría los medios y los incentivos para reprimir las tecnologías innovadoras de próxima generación, incluidas las que se utilizan para ejecutar centros de datos y sistemas de asistencia a la conducción de automóviles.
En septiembre de 2020, Nvidia acordó comprar la mayoría de la británica Arm al conglomerado japonés SoftBank por 40.000 millones de dólares. La firma nipona acordó entonces permanecer en el capital del fabricante británico con una participación minoritaria por debajo del 10%.
Nvidia es uno de los principales fabricantes de tarjetas de vídeo y chips gráficos, mientras que Arm se especializa sobre todo en la fabricación de procesadores y otros circuitos integrados.
«La FTC está presentando una demanda para bloquear la fusión de chips semiconductores más grande de la historia y evitar que un conglomerado reprima la innovación en las tecnologías de próxima generación», dijo la directora de la Oficina de Competencia de la FTC, Holly Vedova, subrayando que las tecnologías del mañana «dependen de la preservación de la competencia de los actuales mercados de chips de vanguardia».
A su juicio, el acuerdo propuesto «distorsionaría los incentivos de Arm en los mercados de chips y permitiría que la empresa combinada socavara injustamente a los rivales de Nvidia», por lo que la demanda de la FTC debería enviar una señal contundente de que se actuará de manera agresiva para proteger los mercados de infraestructura crítica «frente a fusiones verticales ilegales con efectos dañinos y de largo alcance en la innovación».
El procedimiento abierto en EE.UU. se suma a las preocupaciones mostradas por las autoridades del Reino Unido, donde el Gobierno solicitó en formalmente en noviembre a la Autoridad de los Mercados y la Competencia (CMA, por sus siglas en inglés) que abriera una investigación en profundidad en relación a las implicaciones para la seguridad nacional de la compra de Arm por parte de Nvidia.
Asimismo, el pasado mes de octubre, la Comisión Europea anunció la apertura de una investigación en profundidad sobre la compra para aclarar si la operación puede dañar la competencia en el espacio económico europeo al restringir el acceso de otros competidores a la tecnología de Arm.