Los países mediterráneos del Convenio de Barcelona han acordado este viernes comprometerse a proteger el 30 por ciento del Mar Mediterráneo de aquí a 2020 para evitar la contaminación por plásticos y reducir la contaminación atmosférica.
Además, han propuesto la creación de un área de control de emisiones (SECA, por sus siglas en inglés) para el control de las emisiones de azufre procedentes del sector marítimo, que incluya a todo el Marenostrum, una propuesta que se planteará en la próxima reunión de la Organización Marítima Internacional que se celebrará a principios de 2022 con la idea de que esta regulación entre en vigor en 2025.
Para WWF esta decisión adoptada en la 22ª Conferencia del Convenio para la protección del mar Mediterráneo contra la contaminación (Convenio de Barcelona) que ha tenido lugar esta semana en Antalya, Turquía es un paso necesario hacia un cambio de rumbo para avanzar hacia una sostenibilidad real.
Para el responsable del programa de océanos de WWF, José Luis García Varas, los países mediterráneos están «empezando, por fin, a responder frente a la urgente crisis» de biodiversidad y climática y al aumento de la contaminación en la región. Así celebra que están enviando al mundo el mensaje de que el Mediterráneo está preparado para cambiar de rumbo y avanzar hacia una sostenibilidad real. «Todo lo que necesitamos ahora es convertir este mensaje en acciones concretas», ha manifestado.
Para WWF, el nuevo objetivo y las medidas para proteger el 30% del Mar Mediterráneo para 2030 deben convertirse en un objetivo global de protección del 30% en la COP15 del Convenio sobre la Diversidad Biológica que tendrá lugar en China en la primavera de 2022.
La ONG reclama que la SECA para el azufre se amplíe también a las emisiones nocivas del nitrógeno para mejorar significativamente la salud de las comunidades costeras mediterráneas y evitar, así, hasta 4.100 muertes prematuras anuales de aquí a 2030.
Varas reclama un «cambio profundo» en la toma de decisiones que mejore las condiciones de las comunidades costeras y las haga partícipes de dichas decisiones. «El futuro del mar Mediterráneo solo puede asegurarse si todos los países avanzan en la misma dirección y a la misma velocidad», ha apostillado.
En la misma línea, Ecologistas en Acción celebra las decisiones adoptadas como una «gran victoria» para la salud y el medio ambiente que supondrá la reducción significativa de las emisiones de óxidos de azufre, pero lamenta que «se pierde una gran oportunidad» al dejar de lado el control de las emisiones de óxidos de nitrógeno.
Para la portavoz de Ecologistas en Acción, María García este es «un gran paso» para conseguir un aire más limpio en la región pero con un «sentimiento agridulce» por dejar fuera las emisiones nocivas de los óxidos de nitrógeno de los buques. «La evidencia científica demuestra que solo un área combinada de control de emisiones de azufre y nitrógeno maximizará los beneficios para la salud, los ecosistemas y el clima en todo el Mediterráneo», ha insistido.