El ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, José Manuel Albares, viaja este martes a Ucrania para trasladar la solidaridad de España a este país ante el riesgo de invasión por parte de Rusia y para seguir explorando la vía del diálogo para resolver la actual crisis.
Albares ha defendido que su viaje a Kiev, a invitación de su homólogo ucraniano, Dimitro Kuleba, con quien se reunirá el miércoles, se enmarca en la «diplomacia de alta intensidad» que está teniendo lugar en la actualidad para desescalar la situación y en la que «España participa activamente».
En este sentido, ha precisado que al día siguiente se desplazará a Bruselas donde tiene previstos sendos encuentros con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y con el Alto Representante para la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, con el fin de analizar la crisis y «sumar esfuerzos entre europeos y aliados».
«Nadie se está preparando para una guerra», ha recalcado el ministro de Exteriores, que insiste en que la vía para resolver esta crisis es la de la diplomacia, la distensión, el diálogo y la desescalada. Los esfuerzos que se están haciendo son para que sea el diálogo el que «triunfe definitivamente».
En este sentido, se ha mostrado partidario de «no inquietar y angustiar a los españoles con escenarios que no están encima de la mesa» puesto que todos los canales de diálogo posibles están abiertos. «La guerra no la barajo ni como hipótesis», ha recalcado.
ESPAÑA QUIERE HACER OIR SU VOZ
Fuentes diplomáticas reconocen que la situación «es muy tensa y muy volátil» e insisten en que lo que pueda ocurrir en Ucrania «también nos atañe» a España, por eso el Gobierno trabaja para que «se oiga la voz de España con fuerza».
Asimismo, ponen de relieve la unidad que hasta ahora han demostrado todos los miembros de la UE, y también los integrantes de la OTAN, más allá de «matices» que vienen motivados, según las fuentes, por el distinto tamaño de los países, su cercanía geográfica con Rusia o la dependencia económica y sobre todo energética que tienen con este país.
«Que haya matices no es preocupante», insisten las fuentes, al tiempo que reconocen que «Rusia preferiría tratar de forma bilateral con cada país» en las circunstancias actuales.
En este sentido, sostienen que si Moscú tiene alguna duda o suspicacia respecto a la OTAN o la UE ambas organizaciones están dispuestas a dialogar para poder aclararlo, al tiempo que han dejado claro que la presencia de más de 100.000 soldados rusos en la frontera con Ucrania no es aceptable toda vez que «no hay necesidad defensiva ni ninguna amenaza real» para Rusia.