jueves, 12 diciembre 2024

Religiosas de María Inmaculada de Valencia ayudan a más de mil mujeres inmigrantes

Más de mil mujeres inmigrantes, en su gran mayoría procedentes de familias desestructuradas o en riesgo de exclusión, fueron atendidas el pasado año por las religiosas de María Inmaculada de Valencia, que les ofrecen acompañamiento y formación para su inserción laboral, de las que más del 65 por ciento encontró un puesto de trabajo fundamentalmente en servicio doméstico, segun ha informado el Arzobispado.

Al respecto, la religiosa Mª Eugenia Arrechea, coordinadora del Centro Social de la Residencia de María Inmaculada, ubicada en la calle Trinquete de los Caballeros, 10, de Valencia, explica que la formación que reciben les ayuda a buscar con éxito un empleo. «No tenemos bolsa de trabajo pero les facilitamos el camino para encontrarlo», ha señalado.

Así, mañana, martes, con motivo del Día Internacional de la Mujer, las religiosas irán entregando diplomas a las mujeres que acogen y acompañan para «premiarles su esfuerzo, su buen hacer y su trabajo».En la actualidad, en la residencia les imparten talleres de inglés, y de lengua española, de corte y confección, costura, de informática y de guitarra, de forma presencial, aunque siguen manteniendo otras formaciones «on line» como la de cocina y el objetivo es en abril retomar todos los cursos presenciales.

Las mujeres proceden, fundamentalmente, de países de América Central y del Sur, sobre todo, de Venezuela, pero también de Colombia, Honduras, Paraguay, Perú, Brasil, Ecuador, Argentina, Cuba y Portugal.

Una de las mujeres vinculadas desde hace años a la congregación de las religiosas de María Inmaculada de Valencia es Stefania Dub, ucraniana católica de 64 años que es enfermera pero trabaja como limpiadora desde que vino a Valencia hace ahora 22 años y lleva 14 de ellos trabajando con las religiosas en la residencia de la calle Trinquete Caballeros.

Stefanía tiene tres hijos, dos de ellos en Ucrania, un hijo que acaba de unirse al Ejército ucraniano y una hija que es médico. Junto a ellos está ayudando a los refugiados «que tienen que huir del país de repente sin nada, por la guerra».

Así, desde que Rusia invadió Ucrania hace unas semanas, desde la comunidad de ucranianos católicos de Valencia se está organizando la salida de furgonetas y algún camión desde Valencia a Polonia y de Polonia a Ucrania, «repletas con ayuda». En el acopio de productos han colaborado también las religiosas de María Inmaculada con mantas y alimentos.

AYUDA A UCRANIA

Las familias allí necesitan sobre todo, medicamentos, ropa de abrigo, mantas, productos de higiene, alimentos en latas y leche en polvo para los bebés porque las madres están perdiendo la leche materna por la tensión que sufren por el conflicto, asegura. Otro problema es que «es muy difícil conseguir conductores para la furgoneta, sobre todo, dentro del país porque casi todos los hombres de 18 a 60 años tienen que estar al servicio del Ejército», asegura.

Su hija que vive en Ucrania con su familia, a 15 kilómetros de la frontera con Polonia, prepara comidas y lleva caldo caliente a los desplazados que hacen «largas colas para poder salir del país y que no comen en varios días».

«Lo que estamos viviendo ahora es una catástrofe pero sufriendo llevamos muchos años y en guerra ya son 8, desde 2014, por la crisis de Crimea», asegura. «Yo me vine a Valencia para poder volver a mi tierra en uno o dos años, dejándome a mi hija con 12 añitos allí, y aún no he podido regresar».

Junto a otras parroquias en la diócesis, la de El Pilar de Valencia, en donde los ucranianos de Valencia acuden para participar en las celebraciones, está recogiendo ayudas, por las tardes, de 18 a 20:30 horas.