Eurofighter españoles armados con misiles Meteor versus aviones rusos sobre el Mar Negro.

Hasta la llegada el pasado 11 de febrero de cuatro aviones de combate Eurofighter del Ejército del Aire español a la base aérea búlgara de Graf Ignatievo, la defensa aérea de ese país de la OTAN estaba sustentanda solo por los más que veteranos cazas MiG-29, por lo que desde aquel momento los rusos saben que en sus incursiones se deben medir al puntero avión español armado con sus nuevos misiles MBDA Meteor.

El referido despliegue del contingente español a Bulgaria se produjo apenas un mes después de que el Ejército del Aire anunciase mediante un twitter el 15 de enero que los Eurofighter del Ala 14 acababan de incorporar a su panoplia de armamento aire-aire el misil aire-aire de largo alcance  MBDA Meteor.                                      Por entonces el Ala 14 mantenía activado, desde su base de Albacete, el servicio de defensa aérea permanente de reacción rápida o QRA (Quick Reaction Alert), con el que se cubre la defensa aérea del sur de España, en el que se turna con sus compañeros del Ala 11, que tienen “nido” en la base aérea de Morón (Sevilla), y que también están equipados con dicho aparato construido en España por parte de Airbus Defence & Space (DS).     

Pocos días después en plena fase previa a la invasión de Ucrania por parte de la Rusia de Putin, la ministra de Defensa de España anunciaba que se desplegarían aviones de combate españoles en Bulgaria. Aunque no detalló qué Unidad del Ejército del Aire se haría cargo de la misión, la situación de riesgo real apuntaba a que se utilizarían las capacidades más altas, que en estos momentos solo da el Ala 14, con su binomio Eurofighter-Meteor.                                                                                          Este misil es actualmente el top de la tecnología mundial en lo referente a armamento aire-aire, tras ser lanzado y financiado su desarrollo por parte de varios países de la OTAN (Alemania, Francia, España, Italia y Reino Unido) a los que se sumó desde el principio la cada vez menos neutral Suecia, que fue además la primera nación que equipó a sus cazas, en concreto a sus Saab Gripen, con el misil en 2016. Los nórdicos dejaron claro que el importante esfuerzo financiero en potenciar su Fuerza Aérea con el sistema se debía a la amenaza de las aeronaves de la Fuerza Aérea y la Armada de Rusia en su ámbito del Báltico.  Y es que estamos ante un arma de la categoría de largo alcance más allá del horizonte, guiada mediante radar activo o BVRAAM (Beyond-Visual-Range Air to Air Missile), que según su fabricante tendría un espectacular alcance de hasta 200 kilómetros    

Paralelamente alemanes, británicos, italianos y el referido Ejército del Aire empezaron a trabajar en la integración de sus respectivos Eurofighter, a través del consorcio fabricante, formado por la citada Airbus DS (Alemania y España), BAE Systems (Reino Unido) y Leonardo (Italia),  de la mano del paquete de mejoras P2Eb.                                 En el caso del Ejército del Aire la progresiva instalación en marcha de dicho paquete en sus aparatos se está realizando con la supervisión de su MALOG (Mando de Apoyo Logístico),  destacando el protagonismo del CLAEX (Centro Logístico de Armamento y Experimentación).

La actual misión del Ala-14 en el país balcánico  es colaborar con las pequeñas Fuerzas Aéreas búlgaras en la vigilancia y patrulla del espacio aéreo nacional, que  incluye parte del contiguo mar Negro, y hacer frente a las continuas incursiones de aeronaves de combate rusas, tanto de su Fuerza Aérea como de su Armada basadas en Crimea. Los cazabombarderos rusos suelen volar hasta los límites de este aliado de la OTAN y la vecina Rumania sin identificarse ante los centros de controles aéreos, tanto civiles como militares.  Desde su llegada a dicha base de Graf Ignatievo el destacamento del Ejército del Aire, que se designa como Strela, mantiene dos de sus Eurofighter permanentemente activados 7/24 (7 jornadas de la semana y las 24 horas al día) en favor de un servicio QRA, que se ha activado varias veces desde su llegada al escenario.

El papel de la aviación de Moscú en la guerra en curso está muy por debajo de las expectativas, habiendo sufrido muchas bajas, ante los sistemas ucranianos, que no son exactamente los de última tecnología de la Alianza. Hay que destacar la actuación, que está evitando que Moscú haya obtenido la total superioridad aérea, de los lanzamisiles S-300, un veterano sistema heredado por los ucranianos de la época en que estaban subyugados, hasta finales de 1991, a la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Aunque Kiev modernizó cuatro de las baterías  de S-300, entre 2014 y 2015, tras el rearme iniciado tras la amputación de buena parte de su territorio en 2014 por parte de Rusia, no estamos ante material de primera, lo que pone en evidencia que los cazabombarderos desplegados por Moscú cuentan con unos sistemas de autoprotección electrónicos  o Electronic Countermeasure (ECM), más que mejorables.

Así, es comprensible que los pilotos rusos quieran evitar tener que enfrentarse a los Meteor de los cazas españoles, que completan su espectacular capacidad aire-aire  con dos misiles de guía infrarroja Dhiel IRIS-T (Infra Red ImagingSystem Tail/Thrust Vector-Controlled) de corto alcance, además del  cañón alemán Mauser (grupo Rheinmetall)  BK 27 de 27 mm.

Julio M. Gutierrez Foto: Eurofighter del Ala 14 que lleva dos misiles “Meteor” en la parte inferior del fuselaje. (Foto: Ejército del Aire).