Entre tantos problemas con las crisis, la guerra y la inflación, al menos podemos conformarnos con que se acercan las fechas de festividades, sobre todo la Semana Santa. Sin embargo, hasta eso conlleva su estrés: los atascos. Pero lo peor es que te encuentras con atascos a diario, al ir al trabajo, a la universidad. Más aún en fechas como estas, llenas de manifestaciones y marchas en pos de reivindicaciones por otro lado justas. Pero a pesar de eso, siempre nos molestará tardar una hora en recorrer dos kilómetros o estar durante dos horas con retenciones, ya sea por esto último, por obras, accidentes o porque todos decidimos salir o entrar de las ciudades a la misma hora. Te vamos a dar unos trucos y consejos para sobrevivir a una de las situaciones más desesperantes y que ponen a prueba nuestra paciencia y sentido zen.
1CADA UNO SE LO TOMA DE MANERA DIFERENTE
La impaciencia y resignación suele ser generalizada, si bien hay excepciones que envidiamos de personas que han alcanzado un zen total y nunca se inmutan ni enfadan en general, incluido un atasco, prueba de fuego definitiva. Sin embargo, hay un espectro amplio y no todos afrontan un atasco de la misma manera. Y si, en esto los hombres y la mujeres son diferentes, y una vez más ellas ganan en paciencia y resiliencia, que se dice ahora.
Los hombres nos estresamos hasta ocho veces más que las mujeres y además, perdemos la paciencia más pronto. Pero como casi siempre, la ciencia tiene una respuesta y se llama cortisol. Es la hormona del estrés, la que nos activa por la mañana pero también la que nos enciende como una antorcha en los atascos y situaciones de estrés. El cortisol acelera la respiración y la frecuencia cardíaca, sube la tensión arterial y aumenta la sudoración y la temperatura corporal. A mayor secreción de cortisol, mayor agresividad.