Cómo hacer una fabada asturiana que no afecte a tu dieta para un día de lluvia como este

En esta época del año estamos todos pensando en hacer dieta. En estos días de lluvia nos apetece un plato de cuchara como una buena fabada. España es un país con una variedad gastronómica inmensa. Cada región, cada comarca, y casi podríamos decir que cada pueblo, tienen un sinfín de recetas propias merecedoras de todo tipo de reconocimientos. Y aunque parezca mentira muchas de esas recetas, que en su origen fueron platos contundentes y copiosos, con bastante grasa y calorías, en la actualidad tienen su versión un poco más saludable y conveniente para nuestra intención de adelgazar. Hoy te traemos una receta de fabada asturiana pero en su versión más light ¿no crees que sea posible? Pues continua leyendo:

La materia prima, les fabada

Faba asturiana fabes Moncloa

Como norma general, el secreto de muchos de nuestros platos más afamados reside en la materia prima. Esto es así, es la regla de oro. Pero si bien hay recetas en las que esto puede camuflarse, no es el caso de la fabada. No vamos a obtener una buena receta asturiana si no apostamos por unas fabes de calidad. Las fabes tienen que ser asturianas, de granja, con un tamaño y una textura concreta que se adquiere en las vegas asturianas. No tienen que ver con las habas o los judiones que se sirven en otras regiones. Fabes, solo hay en Asturias, y la fabada asturiana solo se hace con ellas.