Las Fuerzas Armadas crean el «club de las puertas giratorias» con Airbus y otras adjudicatarias

Un vacío legal permite las puertas giratorias en las Fuerzas Armadas. El idilio que viven los altos mandos militares retirados con las empresas armamentísticas españolas es conocido por muchos en el Ejército. Pero rara vez se les pone cara, nombres y apellidos. Desde MONCLOA.com hemos recogido algunos de los miles de ejemplos que hay. Que Margarita Robles, ministra de Defensa, esté buscando acomodo empresarial en calidad de intermediaria para el teniente general del Cuerpo General del Ejército del Aire José María Salom Piqueres es solo un ejemplo más de la historia de las Fuerzas Armadas. No hablamos de la tropa ni de suboficiales, claro. A las empresas solo les interesan los altos mandos. Y mientras se mantenga ese vacío legal, será una práctica muy habitual de quienes consideran que el Estado tiene otro pequeño Estado en sus entrañas que funciona con sus propias reglas. Hablamos de las Fuerzas Armadas.

Que veremos a Salom Piqueres en una gran empresa armamentística es una apuesta que se paga igual que una victoria del Real Madrid sobre un equipo de segunda división. Hay pocas dudas. El problema es que no hay ninguna ley que prohiba que las grandes adjudicatarias de contratos militares por parte del Ministerio de Defensa se haga con los servicios de generales una vez dejan las Fuerzas Armadas.

Salom

Esta noticia podría abarcar páginas y páginas, pero vamos a centrarnos en unos pocos para ilustrar el ejemplo. El almirante Salvador Delgado Moreno, quien a su vez fue jefe de Apoyo Logístico de la Armada, además de otros altos cargos, pasó a la reserva en 2020 y desde entonces empezó su idilio con la industria armamentística. Fue noticia, y tuvo una gran repercusión dentro de la Armada, que Delgado Moreno pasó a una empresa privada al poco tiempo de pasar a la reserva. Su primer paso fue el de conseguir el permiso por parte del Ministerio de Política Territorial y Función Pública para ejercer su actividad privada. Y desde entonces pasó, tal y como detallan fuentes del entorno del almirante a MONCLOA.com, a trabajar en Argos. Otras fuentes señalan que el conocido oficial también trabajó para Petronor, en Advisory Experts, y en Proyectos de Economía Circular.

Junto a Salvador, hay muchos más nombres. Esto puede ser el cuento de nunca acabar. El caso de José Luis Urcelay Verdugo es idéntico al de los anteriores. Urcelay pasó a la reserva en el año 2019 y consiguió también permiso para montárselo en el sector privado. Y vaya que si lo aprovechó. Fue segundo Jefe del Estado Mayor de la Armada y después se pasó al “servicio de consultoría y asesoramiento” en Abengoa. Esta empresa es una vieja conocida por los políticos. Pero parece que también por los militares.

Simón fue menos discreto y se pasó por un gran sueldo directamente a Airbus

Otro conocido militar que se ha marcado una épica puerta giratoria es el teniente general César Miguel Simón López. Mientras que la mayoría de los militares pasan a trabajar a empresas menos conocidas, aunque con mucha repercusión en la industria armamentística, Simón fue menos discreto y se pasó por un gran sueldo directamente a Airbus. Este oficial fue jefe del Mando Aéreo de Combate, uno de los cargos con más renombre dentro de las Fuerzas Armadas y del Ejército del Aire. Aún así, no tuvo problemas en figurar directamente como asesor de presidencia en Airbus a pesar de la relación comercial que tiene el Estado con esta gran compañía. El salto a Airbus fue 2021.

El caso de Julio Rodróguez, exJEMAD, es muy conocido. En este caso no se quiso ir al sector privado. Prefirió la fama y los flashes, además de un decente salario público, antes que las cifras estratosféricas que se pueden manejar en Airbus. Pero no es el único JEMAD que ha dejado el cargo y aprovechado su fama para dar el salto a otro puesto bien remunerado. Fernando Alejandre Martínez, también JEMAD entre abril de 2017 y enero de 2020, se convirtió en cuanto salió del cargo en consultor externo de Sener Aeroespacial. No hablemos de sueldo, aunque podemos hacernos una idea.

También la Unidad Militar de Emergencias (UME), muy famosa desde que José Luis Rodríguez Zapatero la puso en marcha, tiene buena imagen ante las empresas privadas.  Miguel Alcañiz Comas, quien fue el responsable de la UME durante unos años, acabó como asesor en General Dynamics Santa Bárbara Sistemas. Esta empresa ha recibido grandes contratos públicos dado que abastece a las Fuerzas Armadas con el conocido vehículo de combate sobre ruedas. Alcañiz es otro de los viejos conocidos que ha pasado a la historia por su épica puerta giratoria más que por otras cuestiones.

Cómo no, Iberdrola no podía faltar en esta lista. Es una de las empresas más sonadas a la hora de contratar políticos como asesores, pero lo cierto es que también ha repescado perfiles en las Fuerzas Armadas, aunque no se conforma con oficiales de rango medio. La eléctrica fue a por todas. Quien fue Jefe del Estado Mayor de la Defensa de 2012 a 2017, el almirante general Fernando García Sánchez, se fue al poco de dejar su cargo como JEMAD para marcharse a Iberdrola como presidente de su fundación.

Esto, como decíamos, es el cuento de nunca acabar. El teniente general Fernando Sacristán Ruano, quien fue jefe del Mando de Apoyo Logístico del Ejército del Aire, también se pasó a la empresa privada (y no a cualquiera). Ruano fue a parar a tres empresas privadas distintas. Tecnobit, Horning Consulting, y Bess-Beyond Soluciones y Servicios. La mayoría se suele quedar en una compañía porque la conoce bien. Pero el caso de Sacristán Ruano es considerablemente distinto porque consiguió trato con otras empresas que habían recibido contratos del Ministerio de Defensa.

No son estos los únicos nombres, pero sí los más reconocidos. Y ahora, más pronto que tarde, veremos que Salom Piqueres liderará la lista por ser el más reciente en entrar en el club de las puertas giratorias militares. Hay más oficiales que han pasado a mejor vida en el sector privado en empresas que tenían trato directo con las Fuerzas Armadas cuando éstos eran quienes controlaban el Ejército, la Armada o el Ejército del Aire. Rafael Comas Abad, oficial general del Ejército de Tierra dirigió el Cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad; Eugenio Pérez Ferrer, exjefe del Mando Aéreo de Combate del Ejército del Aire; Francisco Javier García Arnáiz, exJEMA del Ejército del Aire (cargo que ahora ocupa con mucha polémica el general Salto); Eduardo Gil Rosella, segundo jefe del Estado Mayor del Aire; Juan Antonio Carrasco, otro que fichó por Airbus y muchos más podrían hacer interminable este artículo.