viernes, 13 diciembre 2024

Morant espera que «los políticos estén a la altura» para aprobar en julio la ley de Ciencia con «el máximo consenso»

La ministra de Ciencia e Innovación, Diana Morant, ha confiado en que la nueva ley de Ciencia, Tecnología e Innovación pueda estar aprobada en julio «con el máximo consenso posible» y, en este sentido, ha esperado que «los políticos estemos todos a la altura de las circunstancias», igual que los científicos lo han estado en las sucesivas crisis.

Morant ha participado este miércoles en el Congreso Internacional de Innovación de APD que está celebrando en el BEC de Barakaldo, con el lema ‘En los pasillos de la innovación. El impacto de la innovación transversal en la cultura de las organizaciones’.

La ministra ha comenzado su intervención reconociendo el «compromiso histórico» con la innovación de Euskadi, que, junto con Madrid, es una de las dos comunidades autónomas del Estado que han sido reconocidas por la UE como regiones de alta intensidad en innovación.

Morant ha repasado los principales aspectos de la ley de Ciencia, Tecnología e Innovación que actualmente se encuentra en tramitación y que reforma de la ley anterior del año 2011. La ministra ha recordado que el sistema público de Ciencia sufrió entre 2011 y 2016 «un recorte de 5.000 investigadores», de manera que las nuevas generaciones no se podían incorporar al sistema pública y, además, «el ecosistema tampoco era favorable para las empresas». «Hemos tenido una década pérdida de investigadores e innovadores en nuestro país», ha lamentado.

Sin embargo, ha destacado que «ahora vivimos un momento radicalmente distinto» porque, pese a que se ha dado «una crisis sin precendentes» por la pandemia, la «receta» ha sido «totalmente distinta» a la de la crisis anterior y España ha conseguido 140.000 millones de euros de fondos europeos, lo que va a permitir «movilizar en cinco años el mismo dinero que Europa ha invertido en España en los últimos 37 años».

En este marco, se ha impulsado la nueva ley de Ciencia, Tecnología e Innovación, según ha precisado, con los «ejes» de permitir «un carrera estable» para los científicos; la transferencia de conocimiento porque España ocupa la posición número 11 en producción científica pero la posición número 30 en innovación; y la cogobernanza porque el sistema de ciencia, tecnología e innovación, además del sistema público, «lo conforma también la empresa privada».

«Todos nos tenemos que sentir apelados para reconstruir el sistema de ciencia para pasar de un sistema fallido a un sistema favorable», ha manifestado.

La ministra ha lamentado que la convocatoria de elecciones andaluzas «ha suspendido durante tres semanas la actividad parlamentaria», por lo que su intención inicial de aprobar «esta misma semana» la ley en Congreso «no va poder ser». Según ha explicado, «vamos a tener que someterla a votación del Congreso el día 23, pero ya estaría aprobada en junio y pasaría al Senado, y espero que en julio podamos tener ya la ley, para poder ponerla en práctica».

Morant ha subrayado que no es «la ley de la ministra ni del Ministerio de Ciencia», sino que se ha «trabajado con la comunidad científica, con las empresas, con las universidades, con los centros de investigación». En esta línea, ha incidido en que «responde a las necesidades del sistema científico» y, por ello, ha esperado que «los políticos estemos todos a la altura de las circunstancias».

Según ha apuntado, «hemos pasado por la crisis de la pademia, por la crisis del volcán, estamos ahora en la crisis consecuencia de la guerra de Ucrania, siempre miramos a los científicos para que nos den las respuestas. Los científicos han estado a la altura y ahora son los científicos los que nos miran a nosotros, y espero que los políticos estemos a la altura y aprobemos una ley con el máximo consenso posible».

Por otro lado, Diana Morant ha apostado por modelos de innovación que «generan cohesión social», según ha indicado, como el de Boston, donde «la transferencia de conocimiento hace que una empresa como Moderna, después crea una vacuna y todos nos podemos beneficiar de ella». En todo caso, ha apuntado que ella «no hablaría de un modelo concreto» y en el Estado tanto el vasco como el madrileño son «grandes modelos de innovación».

«Hablaría de un modelo que claramente trabajen las empresas grandes con las empresas pequeñas, que se genere ese pegamento, ese ecosistema favorable para que todo el mundo tenga oportunidades», ha insistido.

En relación a la inversión privada en innovación, ha recordado que en España cuenta con instrumentos como los PERTE diseñados en once áreas estratégicas con «fondos públicos dirigidos a traccionar a la iniciativa privada.

Morant ha advertido de que actualmente el Consejo Superior de Investigaciones Científicas es el mayor agente de patentes del país, lo que supone «una anomalía» porque «en ningún país innovador es el sistema público el que más patentes tiene registradas». Por ello, ha apostado «revertir» la situación y «andar hacia ese equilibrio que existe en Europa» entre la aportación pública y la privada.

«A través de la ley y todos esos instrumentos, pretendemos que cada vez más las multinacionales y las empresas tengan esa huella de I+D en nuestro país pura que sea más competitivo y dejemos de ser compradores de resultados científicos e innovadores y seamos desarrolladores de innovación en nuestro país», ha planteado.

TRABAJO CON LAS COMUNIDADES

Finalmente, ha valorado que el Ministerio trabaja «muy bien» con las comunidades autónomas en materia de ciencia. La ministra ha recocido que hay territorios que «llevan mucha ventaja» como Euskadi, del que la administración general del Estado puede «aprender».

En función de los datos que ha aportado, el País Vasco ha recibido en esta legislatura más de 500 millones de euros en distintas convocatorias del Ministerio de Ciencia que han apoyado más de 2.000 proyectos tanto científicos como empresariales, lo que evidencia «la altísima capacidad de Euskadi» en estas convocatorias de concurrencia competitiva.

Además, se trabaja en cuatro planes complementarios en I+D, una nueva herramienta para impulsar programas de investigación en áreas estratégicas, cofinanciados entre el Ministerio y las comunidades autónomas en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. En el caso de Euskadi, hay cuatro proyectos con una inversión coparticipada entre el Ministerio y el Gobierno Vasco de 32 millones en área de energías e hidrógeno verde, de biotecnología aplicada a la salud, comunicaciones cuánticas y materiales avanzados.

«Colaboración, cooperación, cogobernanza porque haremos un mejor país si lo hacemos desde todas las partes del país y, por tanto, no separarnos tanto y no ponemos tantas fronteras», ha manifestado. Por su parte, se ha mostrado «muy optimista» y ha confiado en que «este país ha aprendido la lección y tiene en la ciencia y la innovación las grandes palancas para la transformación y competitividad del país».