Alberto Núñez Feijóo aprendió la lección que le acabó costando el cargo a su antecesor, Pablo Casado, que fío su estrategia respecto a los barones regionales a Teodoro García Egea, que antes de caer decía que no era «autoritario, yo soy de Murcia».
De Galicia es Feijóo y el nuevo hombre fuerte en Génova 13, Miguel Tellado, que trata con mayor sensibilidad a los territorios que García Egea. Es cierto que este respeto se podría revolver contra el PP estatal, ya que se ha permitido que el polémico Fernando López Miras continúe al frente del partido en la Región de Murcia sin rival interno.
VARIOS TERRITORIOS SE ENQUISTAN
El PP no tiene el calendario de sus congresos regionales en Cantabria, Asturias, Navarra y La Rioja. Especialmente llamativo es la tardanza en esta última región, ya que los populares a priori tienen opciones de recuperar la presidencia.
El expresidente José Ignacio Ceniceros ya ha anunciado que no se presentará a la reelección, la exalcaldesa de Logroño Cuca Gamarra parece no tener intención de volver de Madrid y a a priori habrá dos candidatos al Congreso, los parlamentarios Alfonso Domínguez (apoyado por Ceniceros) y Alberto Bretón.
Bretón se ha mostrado crítico con la tardanza a la hora de convocar primarias: «Hace más de un año que defiendo celebrar cuanto antes el Congreso para renovar el PP de La Rioja. Bienvenidos quienes ahora apoyan esa demanda de nuestras bases. Hay mucho por hacer, pero no defraudaremos a los riojanos. Unir para ganar y hacer realidad el Gobierno que merece La Rioja».
También hay retraso en Cantabria, donde la líder regional María José Sáenz de Buruaga cuenta con nulas opciones de competir siquiera con el popular y veterano Miguel Ángel Revilla, muy molesto porque esta haya dicho que tiene un pacto preelectoral con el PSOE.
«Es mentira. Hablar es tan fácil… quieren que lo jure públicamente, podría hacerlo, pero es mentira. Ella ya lo sabe. Yo no voy a meterme con nadie en campaña, pero no se pueden hacer infundios», asegura el presidente cántabro.
NAVARRA
«Ana Beltrán ha cumplido su ciclo en Navarra y no puede seguir presidiendo el partido», aseguró esta primavera el histórico Jaime Ignacio Del Burgo, que afirmó en Diario de Navarra que «en su gestión como presidenta ha fracasado. Por eso no puede ser la que proceda a decidir quién puede ser el futuro presidente o presidenta del partido».
Según el expresidente navarro, «no se puede gobernar un partido con mando a distancia», ya que Beltrán no vive en Pamplona, no está en la política navarra desde que dejó el Parlamento en 2019 y «no se reúne ya casi con los afiliados». «Encima no es ni siquiera diputada por Navarra, sino por Madrid», añadió.
Del Burgo dice que Beltrán «no visita prácticamente ningún pueblo», «no se reúne con los militantes más que de ciento a viento» y «se dedica ser la vicesecretaria de Organización del PP en España y diputada por Madrid. No es precisamente lo que se espera del presidente regional de un partido» que «tiene que dar la cara siempre» y «tiene que estar aquí las veinticuatro horas del día».
RENOVACIÓN EN EXTREMADURA
Sí que ha habido renovación en un territorio en el que el PP tiene nulas opciones de victoria, Extremadura. A José Antonio Monago lo ha sustituido María Guardiola, que ha protagonizado una polémica tuitera al viajar en el Alvia que conecta a Madrid y Cáceres sin ser consciente de los enchufes del tren: «En este tren de altas prestaciones, así nos lo vendieron Renfe y Pedro Sánchez, no hay ni enchufes para cargar los dispositivos y el wifi va a pedales», aseguró.
La nueva barones tuvo que pedir perdón tras ser advertida de que el enchufe estaba debajo del asiento: «Efectivamente. Sí hay enchufe en el tren. Me he equivocado y quería pedir disculpas. No encontraba el enchufe porque no está accesible. Lamento la confusión».
Guardiola mostró su disgusto tras ser linchada: «Me gustaría que os enfadaseis, al igual que habéis hecho conmigo por no encontrar un enchufe, con el señor Vara y con el señor Sánchez, que son los responsables de que estemos usando un tren que no es para nada la alta velocidad que nos prometieron, sino un tren viejo, no de altas prestaciones, que los extremeños no nos merecemos».
