Iglesias lanza un aviso a IU tras ser contraprogramado en Madrid

La tensión entre Podemos e Izquierda Unida es cada día más perceptible. «Podemos debe ser respetada», advertía Pablo Iglesias en el Teatro Coliseum de Gran Vía ante ningún representante de Izquierda Unida, Sumar o el PCE.

La formación morada exhibió músculo, trazó las líneas maestras ante el deseo de una parte del ‘yolandismo’ de que una debacle en municipales y autonómicas del espacio de Unidas Podemos abone el terreno a Sumar, y se rodeó de fuerzas amigas (Alianza Verde, ERC o EH Bildu). 

El partido también fue arropado por dirigentes internacionales como Guiliano Granato, de Potere al Popolo (Italia); Juliano Medeiros, de PSOL (Brasil); Janis Ehling, de Die Linke (Alemania); Mariana Mortágua, Bloco de Esquerda (Portugal); Pablo Iglesias; Fernando Pereira, de Frente Amplio (Uruguay); Lucia Cámpora, de La Campora (Argentina).

VIEJAS TEMPESTADES

Este mismo fin de semana Izquierda Unida organizaba el ciclo de conferencias y talleres ‘Nuevas derechas, viejas tempestades’, que según algunas voces de Podemos tenía más interés en contraprogramar a su Universidad de Otoño que a analizar a Santiago Abascal.

Iglesias dejó claro que cree que, en parte, Díaz y Garzón le deben su presencia en el Consejo de Ministros y se mostró dolido porque Sumar o IU se pongan de perfil en la guerra mediática de Podemos: «Nos ha dolido mucho cuando nos han atacado y la izquierda no ha entendido que, cuando tocan a uno, nos tocan a todos, porque luego irán también a por ellos». 

«Quien no respete a Podemos, a nuestra alegría y a nuestro dolor, a nuestros éxitos y a nuestros fracasos, a la comunidad que hemos levantado para conseguir que el Gobierno de España sea el más decente en mucho tiempo, no puede entusiasmar a los que se emocionaron con el proyecto de Podemos y se equivoca», añadió.

EL DESEO DE IU

Izquierda Unida pidió hace unos meses que se unan a nivel electoral «Podemos, Más País, Compromís, Equo, Chunta Aragonesista, Comunes, Alianza Verde y otras organizaciones más modestas. Deberíamos ser capaces de entendernos en base a un programa común de mínimos, y esto podría permitir la construcción de un proceso que en vez de sumar fuese capaz de multiplicar y generar una nueva esperanza en la sociedad civil. Si la clase trabajadora cada vez es más diversa, la izquierda debe ser capaz de recoger esa diversidad, entendiéndola como una potencialidad».

Pero esta hipotética unión se presenta como utópica. Uno de los fundadores de Podemos, Juan Carlos Monedero, ha mostrado su hartazgo por la estrategia de Díaz o Garzón de templar gaitas con los mass media. 

El politólogo asegura que el «bombardeo» conservador de los medios ha tenido como resultado que la izquierda «ha ido corriéndose cada vez más a la derecha , pensando que así no va a  molestar a las élites, es decir, que no va a molestar a los medios de comunicación, que son los que construyen la idea de qué es sensato y qué no lo es. Y esa izquierda que cede terreno en las ideas a la derecha termina siendo indistinguible de la derecha. Y, en una suerte de cártel, ya ni molesta ni es molestada».

«En España o en Chile o en Brasil, como las derechas apoyan a las dictaduras que han sufrido esos países, hay una izquierda que cree que basta con ser demócrata -es decir, que no es golpista- para ser de izquierdas. Y se equivoca. Eres de izquierda cuando quieres superar un sistema que genera desigualdades, violencia, que nos convierte a todos en mercancías, devasta el planeta, necesita guerras y que anula la humanidad y la empatía de los seres humanos», añade.

Monedero cree que «haga lo que haga la izquierda para congraciarse con las élites, no se lo van a agradecer. Porque en tiempos de crisis, las élites tienen miedo. Porque, si las mayorías se enfadan, pueden perder sus privilegios. Y se adelantan a ese riesgo».

Y advierte a los todavía aliados de Podemos que «llegado el momento, puedes ponerte del lado de los chalecos amarillos, de los desahuciados, de los precarios, de las minorías marginadas, de los que no llegan a fin de mes, de los pobres, de los expulsados de la universidad por la subida de las tasas, de los expulsados de una vivienda digna, de los hacinados en el transporte, de las violentadas y las maltratadas, de los perjudicados en una oposición amañada, de los engañados en una estafa, de las víctimas de los bancos, de las víctimas de la violencia policial. O ponerte del lado del mensaje que lanzan los medios para no molestar».

Iglesias, en la misma línea, insinuó hace unos días que proyectos como Sumar o IU han decidido «rendirse» ante el deseo del establishment mediático de aplacar a los proyectos políticos que comprometen lo que en la órbita Podemos se conoce como «el Régimen del 78».Â