Alitas de pollo al ajillo: una receta de 10 con un sabor de escándalo

Una receta de alitas de pollo al ajillo. Muchos pensarán que es tirar a la basura el pollo y que no hay mejor manera de comer las alitas de pollo que con una buena salsa barbacoa bien melosa y que se te pega a los dedos. Sin embargo, nuestros abuelos no son tan modernos como nosotros y solían acostumbrar a comer este producto con una buena salsa de ajo, tomillo y vino blanco, un adobo clásico que nunca falla. Por ello, te vamos a enseñar a hacer una receta de alitas de pollo al ajillo crujientes y melosas que están para chuparse los dedos.

TERCER PASO: FREÍR LAS ALITAS DE POLLO

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El anterior paso es fundamental para el sabor final de nuestras alitas, ya que parte fundamental del aroma y la textura se la aporta el ajo. Pasado los cinco minutos reglamentarios, sacamos los ajos y los pasamos a un plato llano con papel de cocina para retirar el exceso de aceite. A continuación, pasamos el fuego al máximo y añadimos el pollo. En este primer proceso, lo que buscamos es dorar la capa exterior para lograr una piel crujiente y un interior jugoso como si fuera mantequilla. El tiempo de cocción es de unos 10 minutos, aunque el mejor indicador para saber cuando sacarla son nuestros propios ojos.