Si eres un carnívoro empedernido disfrutaras de un buen menú de costillas asadas o a la brasa, mejor cuanto más haya que chuparse los dedos. Y sabrás que es un poco decepcionante cuando, después de esperar a que se asen, con el estómago rugiendo, le das el bocado a una porción y encuentras que han quedado secas. Sin embargo es fácil evitar que esto vuelva a ocurrir si sigues los consejos de los chefs. Solamente sigue paso a paso estos trucos y consigue que las costillas al horno queden tan jugosas y tiernas que sorprendan a todos los comensales.
3CÓMO HORNEAR LAS COSTILLAS
Empezamos por las costillas que, como decíamos, hay que hornear siguiendo unos pasos para que no nos queden secas. Antes de nada precalentamos el horno a 140º durante unos 15 minutos. En una tabla de cortar, colocamos el costillar hacia abajo y localizamos una fina membrana que aparece sobre los huesos. La retiramos tirando de ella, con los dedos o utilizando un trapo, si se resbala. Es una recomendación de los chefs porque esta tela dificulta un poco la cocción y entorpece que la carne absorba los sabores. Después sazonamos la carne por ambos lados con sal y pimienta al gusto, y la ponemos en una bandeja de horno. Si no cabe entero, cortamos el costillar por la mitad. Cubrimos con un trozo de papel de aluminio y lo metemos todo en el horno.
Como apuntábamos antes, si queremos unas costillas jugosas plato debe prepararse sin prisas, así que dejaremos que se ase durante 3 horas y media, o 4 horas hasta que comprobemos que la carne se separa del hueso con facilidad. A continuación, sacamos del horno, desenvolvemos y untamos con la salsa barbacoa por los dos lados. Metemos de nuevo en el horno a 200°C durante unos 4 minutos para que se dore.