Teresa Ribera, la ministra electrocutada por las renovables

Teresa Ribera cortocircuita con las energías renovables. España debería ser ya una potencia en el sector a tenor de la potencia instalada de esta energía limpia. No obstante, las redes no están en condiciones de absorber todo el excedente ni mucho menos para introducir en las mismas toda la capacidad de las renovables. «Están obsoletas», han señalado fuentes conocedoras del sector. Y lo seguirán estando si Red Eléctrica mantiene la actual infraestructura.

El Gobierno de Pedro Sánchez ha favorecido una auténtica burbuja con este tipo de energía, hasta el punto de que cuatro de cada cinco proyectos se quedarán completamente parados ante la falta de una inversión necesaria en la red. Desde el Ministerio de la Transición Ecológica no ha realizado una acción decidida para eliminar el consumo de combustibles fósiles en las fábricas, mientras implanta esta energía en las viviendas de España. De hecho, el Gobierno no sólo está importando más gas que nunca de Rusia, sino que además trata a la energía nuclear como una «energía verde» pese a emplazar a las eléctricas a desmantelar las centrales.

Pero el camino de las renovables no es nada fácil en España. Con Ribera, el despliegue de las renovables se ha quintuplicado durante su mandato. Los huertos solares y aerogeneradores, junto a otras fuentes de generación, han crecido como setas hasta alcanzar los 71.971 megavatios. En total, el 60% de la capacidad del sistema.

El Gobierno se mofó del PP por su moratoria a pesar del déficit energético dejado por el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero, quien comprometió cientos de millones a quienes invirtieron en esta energía en 2007.

LA ESPAÑA DE PEDRO SÁNCHEZ Y RIBERA, SENTENCIADA POR EL CIADI

Los laudos del CIADI, el arbitraje pilotado por el Banco Mundial, se ha encargado de poner a Ribera en su sitio y ha fallado en contra de España en numerosos escritos, el último de ellos de 30 millones de euros para indemnizar a los fondos Schwab Holding y OperaFund Eco-Invest por este recorte de las renovables. Los pequeños inversores lo perdieron todo.

Teresa Ribera
Teresa Ribera, ministra de la Transición Ecológica

Pero las renovables en España se enfrentan a varios retos, como la falta de sistemas de almacenamiento de gran capacidad para poder realizar el suministro cuando corresponde. El resto de la energía producida y no consumida se pierde, mientras numerosos huerto solares esperan más dos años para poder tener puntos de evacuación o poder conectarse a la red. Tampoco se ha trabajado en un corredor que permita exportar la energía sobrante a Francia, mientras desde el país vecino entra su energía.

Todo ello hace que España siga siendo una potencia energéticamente dependiente. Y es que, la apuesta del Ministerio se centra en el autoconsumo eléctrico, como si cuatro placas, algunas desenchufadas como las de su propio Ministerio, fueran suficiente recurso para mantener la actividad en una gran planta industrial o una fábrica textil.

LA APUESTA POR EL AUTOCONSUMO, EL GRAVE ERROR DE RIBERA

Y es que, a pesar de tener la capacidad instalada, ninguna de las empresas electrointensivas españolas ha salido de ese grupo pese a esta gran implantación. Sí se han realizado esfuerzos por parte de estas compañías para reducir y maximizar la eficiencia de sus plantas con sus propios planes. El Gobierno tan sólo ha apoyado a las mismas con 92 millones para compensar en parte los costes en las zonas de las islas. De poco ha servido la conocida como excepción ibérica, más cuando España ha pagado el doble del precio que se abona en el resto del Viejo Continente.

La ministra Ribera, sin embargo, saca pecho de la instalación de autoconsumo, que podría generar entre 9 y 14 MW de potencia en 2030. Una situación que mantendría la dependencia de las actuales redes sin llegar a ser una transformación energética total. El problema para España es que esta energía no genera de forma continua.

No es una solución ni tampoco es la revolución que transformará la industria

«Las condiciones climáticas son cambiantes e imposibilitan la generación de energía», señalan. De hecho, muy pocas instalaciones de autoconsumo en España desconectan totalmente de la red, aunque permiten rebajar la factura de la luz. No obstante, la instalación de las placas fotovoltaicas conlleva importantes costes que una familia media no podría asumir.

LA ENERGÍA RENOVABLE DE ESPAÑA NO ENCIENDE NI UN MOTOR DE MAQUINARIA INDUSTRIAL

Son numerosos los factores que apuntan a una situación peligrosa si España mantiene la apuesta por este tipo de energía. «No es una solución ni tampoco es la revolución que transformará la industria», han advertido desde Baker Hughes, una de las consultoras energéticas más importantes del mundo y entre cuyos clientes se encuentran las principales petroleras.

«Esta transformación energética vinculada únicamente a la fotovoltaica es un grave error», insisten. De hecho, creen que existen soluciones más beneficiosas para el medio ambiente y la sostenibilidad energética, opciones que están explorando los principales productores de petróleo, como Qatar y Arabia Saudí.

«Toda solución pasa imperiosamente por la energía más limpia y que garantiza el suministro: la nuclear», aseguran. Ninguna otra dura ni tanto tiempo y su mantenimiento no es tan costoso. «Es una fuente prácticamente inagotable», destacan. Ribera, por su parte, descarta por completo esta opción, incidiendo en un error tras otro.