Jorge Buxadé lidera a la quinta columna de Vox para dinamitar todos los puentes de negociación con el PP. El vicepresidente de la formación liderada por Santiago Abascal se encargó de desvelar la reunión entre el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, y vOX, sin concretar datos como lugar y fecha.
Buxadé no sólo criticó al PSOE durante la rueda de prensa, sino que cargó en varias ocasiones contra el PP, especialmente contra la dirección de Génova 13, por el relato del «voto útil». A su juicio, este discurso está sustentado por la «falacia mediática» con cientos de miles de euros por las expectativas no cumplidas de Génova. «Vox no tiene ninguna culpa de que los líderes del PP se repartieran presidencias y Ministerios a lo largo de los quince días de campaña», ha sostenido.
En este sentido, Buxadé acusa al PP de haberse equivocado de enemigo y de aliados al «participar en la campaña de demonización de Vox». El también eurodiputado de Vox volvió a sacar el reparto de escaños en las pasadas elecciones generales como argumento para sustentar que su formación política es útil. El relato es sencillo y demasiado simple.
LAS CUENTAS DE BUXADÉ YA NO CUADRAN
«A Vox le faltaron 1.200 votos en Albacete para sacar un escaño más, mientras que al PP le sobraron 22.000», señaló. Lo mismo ha pasado en Sevilla y Tarragona, pero no ha hablado del caso de Girona, donde todos los votos a Vox han impedido el escaño del PP, que se lo hubiera arrebatado a Junts. La diferencia en esta provincia era de apenas 300 papeletas. El discurso de Vox cojea.
Buxadé acusa al PP de secuestrar con falsas expectativas el voto de los españoles
No obstante, para poder cuadrar el derecho libre de voto de los españoles habría que ir casa por casa, vecino por vecino, para entregarles el sobre con la papeleta correcta. La otra posibilidad es una coalición entre PP y Vox y aglutinar todo el voto bajo unas mismas siglas. Ambos escenarios son imposibles dadas las diferencias entre ambas formaciones, mientras que a nadie se le ocurriría la primera vía.
BUXADÉ ROMPE TODA POSIBILIDAD DE PACTO CON FEIJÓO
Y es que, Buxadé no quiere un pacto con el PP ni en pintura. Lo descarta claramente a no ser que se acepten sus condiciones, como ha ocurrido en Extremadura, pero no así ni en Murcia ni Aragón, donde la formación de Gobiernos autonómicos se está convirtiendo en una dura contienda y la amenaza de una repetición electoral es cada vez más probable en esas regiones.
Asimismo, ha acusado al PP de «secuestrar con falsas expectativas el voto de los españoles» y pide a los ‘populares’ no volverlo a hacer. En este sentido, cree que la huida de votos de Vox se ha producido por los «engaños» y no por las propuestas de los partidos.
Para emponzoñar aún más las tensas relaciones y el difícil encaje de Vox por el cordón sanitario promovido por el PSOE y la izquierda, Buxadé ha desvelado la reunión entre los líderes del bloque de la derecha, una decisión unilateral que muestra la escasa discreción del vicepresidente de Vox. El PP, por su parte, ha optado por mantener el silencio, como la mayoría de partidos, a la espera del avance de las negociaciones.
El PP esperaba que el diálogo entre Abascal y Feijóo no saliera a la luz pública, pero Buxadé, siguiendo los pasos de todo buen quintacolumnista, se encargó de desvelarlo para dar munición a la izquierda, la perdedora en las elecciones generales, para que continuaran los ataques. Éstos han venido por tierra, mar y aire, más después de la carta de Feijóo a Sánchez.
BUXADÉ SE NIEGA A ACEPTAR UN GOBIERNO DE FEIJÓO CON INDEPENDENTISTAS
El ala dura de Vox trata así de torpedear cualquier acercamiento de cara a negociar un posible Gobierno. El problema para Vox sería aprobar un Ejecutivo con el apoyo de formaciones independentistas, como el PNV, un hueso no sólo duro de roer, sino que habría que digerir y explicar después a los votantes.
En el PSOE no han esperado a las explicaciones, como si ellos fueran los garantes de la transparencia, y han pedido al PP que aclaren las negociaciones con Vox, sin esconderse. Desde Génova, con Cuca Gamarra al frente, han respondido rápidamente a los socialistas con sus negociaciones con Bildu, con Jesús Eguiguren, condenado por maltrato a su esposa, al frente.
Entre el PP y Vox ya no quedan líneas de negociación entre los mandos intermedios. Buxadé ha prohibido todo permiso para negociar con los ‘populares’, mientras se buscan culpables para tapar la autocrítica interna. A juicio del PP, las salidas de tono de dirigentes conservadores movilizaron a la izquierda durante la última semana, como el «habrá confrontación en Cataluña con un Gobierno de Vox» o aplicar un «155 en condiciones».
VOX HUYE DE LA AUTOCRÍTICA
El propio Buxadé cambia ahora la estrategia con el PP. En la campaña, el líder del núcleo duro de Vox pedía incluso entrar en el Gobierno con Feijóo, negociando también la Mesa del Congreso de los Diputados. De esta forma, Vox vendió la piel del oso antes de cazarlo, una estrategia de la que culpa ahora al PP, pero la formación continúa sin realizar un ápice de autocrítica.
El papel del vicepresidente de Vox en las negociaciones tras las elecciones municipales y autonómicas ha sido crucial para arrancar acuerdos con los ‘populares’. Su mando, inflexible en Extremadura y Valencia, ha doblegado a los líderes regionales del PP, con excepción de Murcia, donde López Miras se encamina a la repetición electoral ante la imposibilidad de aceptar las exigencias de los conservadores.
A Buxadé se le denomina el «capataz» entre sus adversarios políticos, pero no regalará los votos. «Nos votamos a nosotros mismos en la votación de Barcelona, no pueden decir lo mismo otros», señalan en referencia a los concejales del PP que dieron el sí a Collboni para evitar un Gobierno municipal con Xavier Trias.