Los arquitectos desempeñan un papel fundamental en los proyectos de edificación coordinando todo el proceso de construcción.
Este ejercicio profesional implica numerosos riesgos agravados por la complejidad de los materiales y técnicas utilizados en la actualidad y por un contexto de mayores reclamaciones de los clientes.
Las consecuencias de un proyecto mal diseñado o ejecutado pueden tener un gran coste tanto económico como emocional para el arquitecto. Además, pueden impactar en su imagen y carrera profesional. “No hace falta que exista una negligencia o un error profesional, los arquitectos reciben reclamaciones y, aunque no sean finalmente responsables, es necesario gastar cantidades relevantes de dinero en su defensa legal”, según los especialistas de Aon, firma de servicios profesionales y una de las corredurías líderes del mercado con más de 30 años de experiencia en el mercado de los seguros para arquitectos.
Todas las profesiones técnicas están viviendo un incremento de reclamaciones en un entorno de mayores exigencias de los clientes y de mayor ejercicio de sus derechos. La prevención y gerencia de estos riesgos resultan imprescindibles. En el caso de los arquitectos el ámbito temporal de las reclamaciones es una de las cuestiones más relevantes a la hora de contratar un seguro para proteger su actividad y patrimonio.
La cara visible de las obras, los arquitectos
La Responsabilidad Civil del proceso constructivo está regulada por la ley de ordenación de la Edificación (LOE) en España. Esta ley marca las obligaciones y responsabilidades de todos los agentes intervinientes en la edificación y establece una serie de seguros obligatorios para el promotor y el constructor, por lo que, si el arquitecto actúa como promotor o constructor, estará también obligado por esta normativa a contratar los seguros obligatorios.
La Ley determina que la responsabilidad civil de los diferentes agentes se exigirá de forma personal e individualizada, tanto por actos propios, como por actos de otros agentes por los que se deba responder.
En la práctica real, según apuntan desde Aon, “las reclamaciones se dirigen en muchas ocasiones a todos los actores, siendo esta responsabilidad solidaria cada vez más habitual entre los perjudicados que demandan a todos los agentes intervinientes en el proceso constructivo”. Esto implica que recae sobre los demandados la prueba de haber cumplido diligentemente con sus obligaciones y viéndose en la necesidad de defenderse dentro de un procedimiento judicial.
En definitiva, la responsabilidad puede imputarse al constructor o promotor pero también a los arquitectos por los diferentes vicios o defectos de construcción que puedan aparecer, como los defectos de construcción estructurales, los defectos de construcción funcionales o de habitabilidad o los defectos de construcción de terminación o acabado.
En cualquier caso, el arquitecto es el responsable de diseñar y supervisar la construcción siguiendo la normativa y evitando en todo momento defectos o vicios que puedan comprometer tanto la seguridad como los presupuestos marcados. Como indican desde Aon, “en caso de negligencia, puede elevarse una reclamación contra el arquitecto por parte de los propietarios de la obra o por terceros que resulten perjudicados (viandantes, inquilinos, vecinos…)”. Estas reclamaciones pueden incluir importes muy elevados derivados de la reparación, daños físicos, daños morales y, en general, perjuicios causados.
Reclamaciones profesionales estando jubilado
Es muy importante, como recuerdan los expertos de Aon, que “las reclamaciones pueden llegar años después de la finalización de los proyectos. Incluso tenemos casos en los que el arquitecto ya se ha jubilado o ha cambiado de actividad profesional cuando recibe una reclamación por trabajos antiguos”.
El seguro de Responsabilidad Civil Profesional para arquitectos no es obligatorio (excepto en algunas comunidades autónomas como Andalucía, País Vasco o Cataluña). Sin embargo, “la contratación de los seguros sigue siendo práctica generalizada” debido a la alta probabilidad de recibir una reclamación, “incluso -como remarcan los especialistas en seguros de arquitectos- años después de haber terminado una obra”. Una adecuada gerencia de riesgos exige “contar con un plan de prevención y una cobertura aseguradora que contemple un ámbito temporal amplio”.