Jaume Collboni se enfrenta a su primer examen político como alcalde de Barcelona. El edil tiene que afrontar los presupuestos de Barcelona con un gobierno sin apoyos. El inicio de su un gobierno en minoría ha estado marcado por medidas de impacto, como el Pla Endreça, y también por anuncios de proyectos futuros, como la cobertura de la Ronda de Dalt.
Para llevar a cabo todas estas acciones, ya sea para asegurar su continuidad o para ponerlas en marcha, se requiere un nuevo presupuesto. Sin este presupuesto, financiarlas resultará sumamente complicado, aunque no imposible. No obstante, la aprobación de estos presupuestos depende de acuerdos políticos que, hasta la fecha, no existen y parecen difíciles de alcanzar.
La proyección de ingresos y gastos para el próximo año aún está pendiente de negociación. Por otro lado, las ordenanzas fiscales, que involucran la actualización de tasas e impuestos, no tienen margen de maniobra. El próximo pleno determinará si se rechazan definitivamente, tras haber sido rechazadas en otras ocasiones en la comisión por la oposición en su totalidad.
SOLO UN ACUERDO DE ÚLTIMA HORA PODRÍA SALVAR A COLLBONI Y SUS PRESUPUESTOS
Solo un acuerdo de último minuto podría salvar las primeras ordenanzas fiscales de Collboni. Si la propuesta, que llegará al pleno con el informe desfavorable de los grupos municipales, recibe finalmente más votos a favor que en contra, se aprobará provisionalmente y comenzará su proceso de tramitación. En ese punto, las distintas fuerzas políticas y organizaciones tendrán la oportunidad de presentar enmiendas.
Un preacuerdo para incorporar cambios es la única manera de garantizar que se obtengan los apoyos necesarios. También existe la opción de someter a votación bloques temáticos (como la fiscalidad turística, el Impuesto de Actividades Económicas – IAE —, las terrazas de bares y restaurantes y otros aspectos), tal como se hizo en la comisión en la que fueron rechazadas. Junts y BComú son las principales opciones de Collboni, y la participación de ERC es crucial para una coalición de izquierda.
En el caso de que Collboni no obtenga los apoyos necesarios, a partir del 1 de enero se mantendrá vigentes los presupuesto actuales, lo que limitaría bastante los planes del edil barcelonés. Además, El equipo económico del Ayuntamiento calcula que los cambios propuestos, principalmente en el aumento en el recargo turístico para cruceros de corta escala y apartamentos turísticos, junto con la modificación de la tasa de terrazas, aportarían aproximadamente 6 millones de euros adicionales a los ingresos totales. Esta cantidad resulta insignificante en comparación con un presupuesto de 3.735 millones, que es 140 millones más que el del año 2023, de acuerdo con el proyecto que el gobierno tuvo que retirar de la misma comisión debido a la falta de apoyo, evitando así otro rechazo.
Se espera un aumento de ingresos para el Ayuntamiento en 2024, independientemente de la implementación de nuevas ordenanzas fiscales o la prórroga del presupuesto. Se prevé un aumento de 71 millones de euros a través de tasas e impuestos debido al crecimiento económico y al aumento de la recaudación, junto con una contribución adicional de 241 millones de euros de los tributos del Estado.
Por otro lado, el equipo financiero del Consistorio prevé que 715 millones del presupuesto que se había planteado para 2024 no podrán gastarse si se prorroga el actual por falta de apoyos. Más de 500 millones son para inversiones, mientras el resto es gasto corriente. La oposición plantea dudas sobre estas cifras. Además, algunas acciones concluirán en 2023 y no se prorrogarán, y otras que se planeaban para el próximo año no contarán con los recursos necesarios. Esto podría afectar a proyectos como la reforma de la Via Laietana y la Rambla, así como a subvenciones nominativas a entidades que se acuerdan en convenios de colaboración anuales en lugar de convocatorias abiertas.
EL IMPUESTO A LAS TERRAZAS LA PIEZA CLAVE DE COLLBONI PARA CONSEGUIR EL APOYO DE LA OPOSICIÓN
El problema de los Presupuestos de Collboni radica en que plantea incrementos en las tasas de terrazas, a pesar de que durante su campaña electoral había prometido una reducción de estos impuestos. Esta discrepancia entre la promesa y la realidad de los presupuestos ha generado críticas y descontento, especialmente entre aquellos que esperaban una disminución en los costos para los establecimientos con terrazas.
La subida de tasas a las terrazas puede tener varios efectos negativos. En primer lugar, podría afectar negativamente a los dueños de bares y restaurantes que ya han atravesado dificultades económicas durante la pandemia. Si se mantuviera la tasa actual, la bonificación del 75% debido a la crisis de la COVID desaparecería, lo que resultaría en un tributo total de 8,2 millones de euros para estos establecimientos. Cada establecimiento paga impuestos a base de módulos que consideran la zona y el número de mesas. Sin embargo, el reciente acuerdo del gobierno socialista con el gremio del sector, que debería implementarse a través de una alegación, reduciría esta cifra a 4,6 millones de euros.
COLLBONI se queda sin apoyos para aprobar los presupuestos de 2024
Esta discrepancia de Collboni, con su incumplimiento de la promesa electoral con respecto a reducir las tasas de terrazas y la realidad de incrementarlas, ha ocasionado que desde Trias per Barcelona vote en contra de las ordenanzas fiscales porque no se acepta ninguna de las propuestas de Collboni y además le critica que actúe como si tuviese mayoría absoluta.
El concejal Ramon Tremosa afirma que «su grupo ha ofrecido al ejecutivo municipal una negociación global de las ordenanzas fiscales, proponiendo diversas medidas sociales contra la crisis, pero solo ha habido una respuesta negativa del PSC». Por otro lado, desde Trias per Barcelona han ofrecido a Collboni una salida para acabar con el conflicto de las terrazas y sugieren «un pleno extraordinario antes del 7 de noviembre para acordar mantener la continuidad de la bonificación del 75% un año más».
COLLBONI SUSPENDE EN EL ÚLTIMO PLENO Y BARCELONA PRORROGA LOS PRESUPUESTOS DEL AÑO PASADO
Jaume Collboni no ha logrado que las ordenanzas fiscales fueran aprobadas en el pleno, después de que ya fueran suspendidas en la comisión de economía hace una semana. La oposición rechazó las ordenanzas, lo que representa un revés para el gobierno municipal, que recientemente tuvo que retirar los presupuestos debido a la falta de apoyos.
La oposición, en su totalidad, votó en contra de las ordenanzas, incluyendo las relacionadas con la tasa de terrazas, a pesar de una rebaja acordada con los restauradores. El gobierno alegó que las ordenanzas no incrementaban la carga fiscal para los residentes, gravaban actividades turísticas de alto impacto y regulaban la tasa de terrazas.
Sin embargo, la oposición no se mostró convencida y desafió a Collboni a definir su coalición de gobierno. Como resultado, la propuesta, que incluía aumentar la tasa turística y eliminar la bonificación del 75% en la tasa de terrazas, quedó en el aire. Las ordenanzas solo obtuvieron el apoyo de PP y Vox, mientras que Barcelona en Comú, Esquerra y Junts votaron en contra. La única esperanza de salvación, la tasa de terrazas, también fue rechazada.
Sin embargo, el tono del debate de las ordenanzas en el pleno sugiere que un posible acuerdo no será fácil. Junts i Comuns continúa exigiendo un pacto de gobierno a Collboni como condición para respaldar los primeros presupuestos del mandato. A pesar de que el alcalde ha expresado en repetidas ocasiones su deseo de llegar a un acuerdo con Barcelona en Comú y Esquerra en las últimas semanas, su relación con el grupo de Ada Colau, que amenazó con intentar su reprobación el martes, está en un momento tenso.
