Desde los confines de la red hasta la mesa de nuestra cocina, los fenómenos virales gastronómicos han demostrado su capacidad para sorprendernos y dejarnos con el paladar intrigado. Uno de los últimos en hacerse viral cuenta con más de 33 millones de reproducciones, un éxito rotundo que ha llamado la atención de los internautas y reposteros por igual.
La receta que nos ocupa es el ejemplo perfecto de cómo la sencillez puede conquistar los gustos más exigentes, al tratarse de un delicioso bizcocho elaborado únicamente con dos ingredientes. La simpleza de su preparación y el resultado esponjoso y agradable han hecho que esta receta sea una que muchos quieren probar ya.
1LOS DOS MAGNÍFICOS DEL HORNEADO

Es probable que al leer «dos ingredientes» muchos levanten una ceja escéptica. Pero así es, para este bizcocho solo se necesitan huevos y chocolate. Sí, has leído bien. Parece imposible que solo con esos dos productos se pueda obtener una textura y sabor que enamore a tantos paladares, pero es una realidad contrastada. El secreto radica en la calidad del chocolate y la técnica con la que se trabajan los huevos. El chocolate debe ser de buena calidad, preferentemente con un alto porcentaje de cacao, para aportar el sabor rico e intenso que caracteriza a este postre. Por otro lado, los huevos deben batirse a punto de nieve para darle al bizcocho esa esponjosidad tan deseada.
La popularidad de este bizcocho ha demostrado que, a veces, menos es más en el mundo de la repostería. Este principio es perfecto para quienes buscan recetas sin complicaciones o para aquellos que desean iniciarse en el arte de hornear y no se atreven con elaboraciones demasiado complicadas. Además, es ideal para personas con intolerancias o alergias, ya que no contiene ni harina ni lácteos, se abre un abanico de posibilidades para disfrutar de un dulce sin preocupaciones.
El proceso de creación de esta dulce tentación es en sí mismo todo un ejercicio de paciencia y técnica. Batir los huevos hasta que doblen su volumen y alcanzar el punto de nieve perfecto es un paso crucial y, por otro lado, derretir el chocolate adecuadamente es esencial para que se integre bien con los huevos.