El PP de Alberto Núñez de Feijóo se concentra en Córboda para armar una ofensiva contra la «corrupción política y económica del PSOE», con una defensa sin ambages de la Constitución y la unidad de España. La propuesta del PP se resume en siete puntos, que deberán articular los presidentes de las Comunidades Autónomas que gobiernan los ‘populares’, bajo la premisa de que la Carta Magna de 1978 es la «mejor garantía» de la convivencia y prosperidad, donde se reconocen la mayoría de los españoles.
La Declaración de Córdoba del PP se produce en una semana agónica para los socialistas de Pedro Sánchez tras conocerse más detalles del caso Koldo, así como el pacto por la polémica y controvertida amnistía, que beneficiará al clan de Jordi Pujol y Laura Borràs, casos que en nada tienen que ver con la ideología separatista.
El gran proyecto es muy positivo
«El gran proyecto es muy positivo», apuntan fuentes del PP sobre esta Declaración de Córdoba, que sería el cimiento para poner fin a la extensión del ‘procés’ que busca implantar el PSOE en toda España, reforzando a las formaciones nacionalistas e independentistas para asegurarse su apoyo en La Moncloa.
«El gran proyecto aunará esfuerzos y se articulará conjuntamente», afirman otras fuentes del Partido Popular, que hacen especial hincapié a poner en marcha una EBAU conjunta allí donde gobiernan para evitar desigualdades entre españoles. De esta forma, la materia sería la misma para todos los alumnos y se podría elevar el nivel educativo dado el nefasto resultado del último informe Pisa.
El encuentro de los ‘populares’ ha servido, además, para estrechar lazos tras ganar las gallegas, así como para reforzar aún más el papel de Feijóo, esta vez sin fisuras ni críticas internas. El líder del PP, por otro lado, también ha mostrado su acercamiento a todos los barones, con reuniones con todos ellos, que se alargarán este domingo.
LOS BARONES DEL PP HACEN PIÑA CON FEIJÓO
La Declaración de Córdoba está firmada por todos los presidentes de las Comunidades gobernadas por el PP. A pesar de no participar, los demás dirigentes ‘populares’, como Cataluña y País Vasco, entre otros, consideran que se apunta a una buena dirección. El texto cala positivamente entre los dirigentes, según apuntan las fuentes consultadas, al reforzar la unidad de España y denunciar el atropello y chantaje del PSOE.
El gran proyecto aunará esfuerzos y se articulará conjuntamente
De esta forma, Juanma Moreno (Andalucía); Alfonso Rueda (Galicia); María José Sáenz de Buruaga (Cantabria); Gonzalo Capellán (La Rioja); Fernando López Miras (Murcia); Carlos Mazón (Valencia); Jorge Azcón (Aragón); Manuel Domínguez (Canarias); María Guardiola (Extremadura); Marga Prohens (Baleares); Isabel Díaz Ayuso (Madrid); Alfonso Fernández Mañueco (Castilla y León); Alberto Gaitán (Ceuta); Juan José Imbroda (Melilla).
El PP se muestra «consciente del grave momento que vive» España, así como su posición dentro del Congreso de los Diputados y control autonómico, con una «gran responsabilidad que tiene como primer partido de España».
Por ello, realiza este heptacordo basado en el rechazo al Gobierno central por elegir el chantaje permanente de los independentistas; a la ley de amnistía y corrupción política y económica; con una total defensa de la igualdad ante todos los españoles y la exigencia de convocar a la Conferencia de Presidentes, que el presidente del Gobierno se niega en rotundo a celebrar, pese a que debe realizarse al menos dos veces al año; mientras mantienen una defensa del actual sistema autonómico; mientras señala que el futuro de España deben decidirlo el conjunto de los españoles.
LA DECLARACIÓN DE CÓRDOBA DEL PP
1.- Rechazamos con toda contundencia que el actual Gobierno central haya elegido vivir permanentemente extorsionado por el independentismo. La democracia española atraviesa hoy uno de los momentos más graves de su historia. Aunque la Constitución siempre ha contado con detractores en los partidos independentistas, éstos nunca como en la actualidad habían tenido tanta capacidad de influencia en el proyecto común de 48 millones de ciudadanos.
2.- Mostramos nuestro frontal rechazo a la ley de amnistía, que es corrupción política, y nuestra voluntad de trabajar para frenarla ante todas las instancias posibles. La extrema debilidad del Partido Socialista, sometido por voluntad propia al chantaje de las fuerzas políticas independentistas, le ha llevado a consumar el mayor ataque a la igualdad entre españoles y al Estado de Derecho con la aprobación de una ley de impunidad que blinda el privilegio, la desigualdad y el olvido. Una norma que se cimenta en la mentira y en una transacción corrupta que consiste en vender la aplicación de la ley a cambio de comprar votos.
3.- Rechazamos toda forma de corrupción económica: exigimos al Ejecutivo explicaciones y dimisiones por la trama beneficiada en medio de la pandemia y el torpedeo a la investigación. Nos comprometemos a seguir denunciando en las instituciones y en los tribunales cualquier derivada de este desfalco en las arcas públicas, afecte a quien afecte.
El intento del Gobierno central, a través de la ley de amnistía, de desactivar uno de los poderes del Estado, en este caso el judicial, es un ejercicio de autoritarismo incompatible con un sistema democrático y especialmente grave si tenemos en cuenta que el PSOE se encuentra hoy acorralado por una trama de corrupción que afecta a miembros del Gobierno del más alto nivel, a la tercera autoridad del Estado y a otras instituciones o altos cargos del Ejecutivo.
4.- Nos sentimos más convocados que nunca a revertir desde nuestras responsabilidades las desigualdades que se están generando. La igualdad no es una opción, es un derecho de todos los españoles. Las Comunidades y Ciudades Autónomas somos Estado, por lo que, desde el legítimo ejercicio de nuestro autogobierno, acordamos activarnos al máximo que nos permitan nuestras competencias para preservar la igualdad y solidaridad que se están viendo menoscabadas.
Consideramos inadmisible que la toma de decisiones y el reparto de recursos públicos se administren arbitrariamente según la necesidad parlamentaria del actual Gobierno, obviando los intereses generales. Gobernamos para el 70% de la población y, en consonancia con esa responsabilidad, el Partido Popular nunca se va a desentender de los problemas que afectan a los españoles, vivan donde vivan.
5.- Reiteramos la exigencia de que se convoque de forma inmediata la Conferencia de Presidentes, así como el resto de foros multilaterales en los que se deben tratar los asuntos comunes. Reclamamos participar, tal y como nos corresponde, en las cuestiones nacionales. La reiterada negativa del presidente del Gobierno a reunir la Conferencia de Presidentes acredita su falta de interés por nada que no tenga que ver con su mera continuidad en Moncloa. Una situación que contrasta amargamente con la colección de cesiones unilaterales, reuniones a la carta con sus socios e incluso encuentros clandestinos fuera de la UE para negociar privilegios en nombre de todos los españoles.
Manifestamos nuestro desprecio por este trato desigual e inmoral que crea ciudadanos de primera y de segunda.
6.- Renovamos nuestro deber de defender y reforzar el sistema autonómico. Seguiremos gestionando con eficacia y lealtad para construir desde cada rincón de España una Nación plural de ciudadanos libres e iguales. Las victorias del Partido Popular en las elecciones del 28 de mayo y del 23 de julio, y más recientemente en los comicios gallegos del pasado 18 de febrero, ampliaron de forma histórica la responsabilidad del Partido Popular en toda España. Seremos consecuentes con ello, desde la convicción de que el Estado de las Autonomías es el mejor modelo territorial para conjugar la unidad de la Nación con la diversidad de las nacionalidades y regiones que conforman España.
7.- El Partido Popular sí afirma categóricamente que el futuro de España corresponde decidirlo a todos y cada uno de los españoles. Advertimos de la responsabilidad histórica que todo el PSOE, sin excepciones de ninguna clase, está asumiendo al tratar de disfrazar la ley de impunidad como un ejercicio de reconciliación, que no es real, ni específicamente en Cataluña ni tampoco en el conjunto de España. Más allá de la inmoralidad e ilegalidad del texto legislativo, su impulso ya ha derivado en la división de nuestro país en dos y en que el independentismo se sienta impune para reactivar su propósito de autodeterminación, tal y como manifiestan pública y reiteradamente. Condenamos que el socialismo facilite impertérrito todo ello.