Hoy en día, subirte a un coche es mucho más que simplemente poner las manos al volante y arrancar. Pensamos que controlamos todo lo que ocurre dentro y fuera, pero la realidad es que nuestro coche, ese compañero inseparable de viajes y rutinas, guarda secretos que quizás no imaginamos. Existe, metido en las tripas electrónicas, un testigo silencioso que toma notas sobre cada movimiento, cada acelerón, cada frenada brusca. No habla, pero registra.
Este testigo no es un pasajero más, sino una especie de ‘caja negra’, como las de los aviones, pero a escala automovilística. Registra datos, muchos datos, sobre cómo te comportas al volante y qué ocurre en los momentos críticos. Y lo verdaderamente interesante, o preocupante según se mire, es quién puede acceder a esa información y con qué fines, especialmente cuando hablamos de un siniestro, un suceso inesperado donde la verdad de lo ocurrido puede tener consecuencias importantes para todos los implicados y, sobre todo, para nuestra relación con la compañía de seguros que nos cubre.
3EL MOMENTO CLAVE: ¿CUÁNDO EMPIEZA A GRABAR LA «CAJA NEGRA» DEL COCHE?
Como decíamos antes, la ‘caja negra’ no es una grabadora continua que esté tomando notas constantemente sobre tus trayectos habituales en tu coche; su operación está ligada a eventos específicos. Se activa en respuesta a ciertos sucesos que cumplen unos umbrales predefinidos, indicando un cambio significativo en la energía cinética o una posible colisión. El principal activador es un cambio considerable en la velocidad del vehículo en un periodo muy corto –lo que los técnicos llaman ‘delta-V’–, o el despliegue de los airbags, señales inequívocas de que algo serio acaba de ocurrir o está a punto de pasar con el coche.
Esto significa que la inmensa mayoría del tiempo la ‘caja negra’ de tu coche está latente, como dormida, sin almacenar datos sobre tu conducción normal. Solo despierta en situaciones de emergencia que cumplen esos criterios preestablecidos de severidad, grabando un breve lapso de datos, generalmente unos pocos segundos antes del evento que lo dispara, durante el mismo y un instante después. No necesita más para cumplir su propósito de documentar las condiciones inmediatamente previas y durante un suceso crítico, capturando esa ventana temporal crucial que puede determinar la causa y el desarrollo exacto de un choque, ofreciendo una verdad fría y basada en números de lo acontecido en el coche.
