Tres palabras de Aznar desatan el pánico en Génova y reabren el debate del liderazgo de Casado

Comunismo, indigenismo y Latinoamérica. Estas tres palabras en boca de José María Aznar han desatado un pequeño caos controlado en el PP. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, no deja de ganar adeptos entre los históricos del Partido Popular. Primero fue el de Esperanza Aguirre, la expresidenta autonómica más liberal del momento. Y ahora se ha sumado al team Ayuso el expresidente del Ejecutivo José María Aznar. En este caso, la dirigente popular ha sido capaz de despertar el apoyo de Aznar con unos comentarios respecto al movimiento indigenista y esas disculpas que el Papa Francisco pidió a México por los «abusos» de la Iglesia durante la conquista del territorio americano. «El indigenismo va contra España. Yo no voy a pedir perdón», ha asegurado el expresidente del Gobierno delante del mismísimo Pablo Casado. Un comentario que ha dejado claro a nivel interno que Aznar ha cerrado filas en torno a ese PP liberal que representa la presidenta de la Comunidad de Madrid.

En la cuarta jornada de la convención del PP, Aznar ha hecho su aparición estelar dejando algunas frases bastante contundentes. Pero el problema es que desde Génova han leído las palabras de José María Aznar como una forma de lanzar su apoyo a ese ala liberal que gana terreno en el PP por momentos. El reconocido político popular no ha dejado títere con cabeza. Ha opinado de todos los asuntos de actualidad. «Y los que acaban de dar un golpe de Estado [en Cataluña] son socios del Gobierno», que los «ampara y cobija». «¿Qué autoridad se tiene sobre el Estado con estos socios?», se ha preguntado en referencia a lo ocurrido en Cataluña. Pero donde sus palabras han hecho mella ha sido en un asunto que ha aireado Ayuso durante su visita a Estados Unidos. «España es una nación, no siete ni 17. Una nación plural, pero una. Ni es un Estado plurinacional, ni multinivel ni la madre que los parió», ha asegurado Aznar.

El PP sabe que vive una pequeña guerra fría civil, tal y como aseguran diferentes fuentes del Partido Popular. Decimos fría porque de puertas hacia fuera todos venden ante las cámaras que han cerrado filas en torno a Casado. Y decimos civil porque es una pequeña guerra fratricida entre los liberales más desacomplejados y entre quienes quieren seguir la estela del expresidente Mariano Rajoy. Aznar, como era de esperar, se ha posicionado durante la convención con Aguirre y con Ayuso. Al menos es la lectura que hacen a nivel interno en Génova por los comentarios que ha soltado Aznar durante la convención, pues ha estado más pendiente de respaldar las palabras de Ayuso en EE. UU. antes que en cerrar filas en torno al candidato popular.

«En esta época en la que se pide perdón por todo, yo no voy a engrosar las filas de los que piden perdón, lo diga quien lo diga». Con estas palabras, el expresidente del Gobierno José María Aznar ha abierto un melón que ha resultado agridulce para los seguidores de Casado. Nadie de la cúpula del actual presidente popular ha respaldado a Ayuso en público a pesar de las críticas que ha recibido por asegurar que no entendía que el Papa Francisco se hubiera disculpado con México dado que el «catolicismo llevó la civilización a América». Pero no solo eso. Aznar, ese mismo expresidente que lamentó que ningún musulmán se hubiera disculpado con él por invadir la Península Ibérica (entendemos que se siente de origen visigodo), aseguró que «el nuevo comunismo de Latinoamérica se llama indigenismo». La misma frase que lanzó Ayuso y con la que Aznar ha querido demostrar que está en sintonía. El que haya repetido las mismas cuatro palabras de Ayuso han reabierto el debate sobre si Aznar quería entrar en el debate solo porque le resultaba interesante o porque quería demostrar en público su apoyo y su sintonía con Ayuso.

el entorno de Casado sabe que si no consigue sumar para gobernar, el actual líder estará fuera de juego

En Génova saben que Ayuso representa una línea del PP que siempre ha estado latente y que consideraban que se había marchado con Vox; Al menos gran parte de ella. El problema es que temen que el liderazgo de Ayuso esté haciendo sombra al de Casado. A pesar de que el presidente popular cuenta con el cierre de filas de los barones (incluido el de Ayuso), el entorno de Casado sabe que si no consigue sumar para gobernar, el actual líder estará fuera de juego. Si hay pocas posibilidades de mantenerse en el poder (a no ser que obtenga una arrasadora victoria), el entorno de Casado no se siente cómodo con una líder como Ayuso siguiéndole muy de cerca. Y menos si pesos pesados del PP como Aguirre o Aznar cierran filas en torno a ella.

«¿Y quién nos dice que pidamos perdón? ¿Usted cómo se llama? Andrés Manuel López Obrador«, ha ironizado, puesto que el nombre en cuestión del presidente de México es de procedencia española. «Si no hubiesen pasado algunas cosas, usted ni se podría llamar como se llama ni podría haber sido bautizado», ha continuado el presidente en un alegato que ha sido leído en clave de apoyo a Ayuso por parte de las filas de Casado. «No hay nada peor que un político-marioneta al servicio de la tiranía de las redes sociales», ha insistido el presidente en su crítica a Andrés Manuel López, el presidente americano.

Sobre Casado, no es que Aznar se haya desecho en elogios. En Génova esperaban una reacción más enfocada al cierre de filas que el PP pretende proyectar con esta convención del partido. Pero parece que el expresidente del Gobierno va por libre y ha decidido sacar a relucir los temas que más le han resultado atractivos de la actualidad. Y da la casualidad de que el viaje a Estados Unidos de Ayuso ha acaparado gran parte del discurso de Aznar. O al menos el que más ha llamado la atención de los militantes que han acudido a la convención.