La exposición al humo intenso durante los recientes incendios forestales de California (Estados Unidos) aumentó el riesgo de paros cardÃacos fuera del hospital hasta un 70 por ciento, según una nueva investigación publicada en la revista ‘Journal of the American Heart Association’, editada por la Asociación Americana del Corazón.
El paro cardÃaco ocurre cuando el corazón deja de latir abruptamente y ya no puede bombear sangre a los órganos vitales de todo el cuerpo. Aunque a menudo se refieren indistintamente, el paro cardÃaco no es lo mismo que un ataque cardÃaco. Un ataque cardÃaco es cuando se bloquea el flujo de sangre al corazón, y el paro cardÃaco repentino es cuando el corazón funciona mal y de repente deja de latir de forma inesperada.
Un ataque cardÃaco es un problema de «circulación» y el paro cardÃaco repentino es un problema «eléctrico». Los paros cardÃacos extrahospitalarios (PCR) son más peligrosos porque pueden provocar la muerte en cuestión de minutos si nadie realiza la RCP o utiliza un desfibrilador para devolver el corazón a un ritmo normal.
Los investigadores examinaron los paros cardÃacos en 14 condados afectados por los incendios forestales en California entre 2015 y 2017,. La exposición a la densidad del humo se calificó como ligera, media o pesada según los datos cartográficos de la Asociación Nacional Oceánica y Atmosférica. Los investigadores compararon la exposición al humo en el dÃa del incendio con la exposición en el mismo dÃa de la semana en las 3 semanas anteriores. También compararon la exposición 1, 2 y 3 dÃas antes del incendio con la exposición en los dÃas correspondientes de las 3 semanas anteriores al paro cardÃaco.
El análisis encontró que el riesgo de paros cardÃacos fuera del hospital aumentaba en los dÃas clasificados como de alta densidad de humo y durante varios dÃas después, con el mayor riesgo (70% más alto que en los dÃas sin humo) en el segundo dÃa después de la exposición al humo; aumentaba tanto en los hombres como en las mujeres y en las personas de 35 años o más expuestas al humo pesado; y aumentó en las comunidades de menor nivel socioeconómico (20% o más personas que viven por debajo del umbral de la pobreza) con una exposición al humo tanto media como fuerte.
«Las partÃculas del humo que se inhalan pueden penetrar profundamente en los pulmones, y partÃculas muy pequeñas pueden cruzar al torrente sanguÃneo. Estas partÃculas pueden crear una reacción inflamatoria en los pulmones y en todo el cuerpo. El sistema de defensa del cuerpo puede reaccionar para activar el sistema de lucha o huida, aumentando el ritmo cardÃaco, estrechando los vasos sanguÃneos y aumentando la presión arterial. Estos cambios pueden conducir a alteraciones en el ritmo normal del corazón, bloqueos en los vasos sanguÃneos y otros efectos que crean condiciones que podrÃan conducir a un paro cardÃaco», explican los autores de la investigación.
Para reducir la exposición al humo de los incendios forestales, los investigadores aconsejan a las personas que permanezcan en el interior con las puertas y ventanas cerradas, que utilicen filtros de aire de alta eficiencia en los sistemas de aire acondicionado, que eviten el esfuerzo y que consideren la posibilidad de buscar refugio en otro lugar si la casa no tiene aire acondicionado y hace demasiado calor para permanecer en el interior.