VersiĆ³n de la residencia gestionada por Aralia

En relaciĆ³n al artĆ­culo TITULADO ā€œAsĆ­ trataron a Chicote en la residencia en la que han muerto 38 ancianosā€ desde ARALIA SERVICIOS SOCIOSANITARIOS S.A., empresa titular de la concesiĆ³n de dicha residencia pĆŗblica le informo: Por lo que se refiere a la informaciĆ³n donde dicen ā€œVarios familiares denuncian que desde la residencia no facilitan el nĆŗmero de fallecidos, aunque trabajadores del centro le contaron a ā€œEl Confidencialā€ que son ya 38 los que han muerto. ā€œTienen una clara intenciĆ³n de no revelar lo que estĆ” pasando en el interiorā€, dicen algunos de estos familiaresā€, tenemos que desmentirla en su totalidad dado que es absolutamente falso tanto la cifra como que la empresa tenga intenciĆ³n de no revelar lo que estĆ” pasando.

Dicha informaciĆ³n supone por su parte un desconocimiento de la normativa legal aplicable en el presente estado de alarma. Los datos sobre fallecimientos, infectados, aislados, son datos que afectan a la intimidad de los residentes, colisionan con el derecho a la protecciĆ³n de datos y no pueden ser comunicados. Esta prohibiciĆ³n de comunicar datos no es una consecuencia de una polĆ­tica de opacidad como se acusa a las residencias privadas, sino una obligaciĆ³n de la empresa impuesta por la ley y establecida en el contrato con la Comunidad de Madrid, y ademĆ”s consecuencia no solo de la normativa mencionada de protecciĆ³n de datos de carĆ”cter personal sino de la normativa excepcional publicada tras la promulgaciĆ³n del estado de alarma.

En virtud de la normativa aplicable tras la promulgaciĆ³n del estado de alarma, todas las residencias remiten diariamente los datos a la Comunidad de Madrid, que, al tratarse de un centro concertado, es la titular de dichos datos y la que en Ćŗltima instancia ha de decidir, cĆ³mo y cuĆ”ndo los hace pĆŗblicos. La normativa que regula esta prohibiciĆ³n se encuentra ademĆ”s de en los PPT de los contratos suscritos por todas las entidades privadas con la Comunidad de Madrid y en la clĆ”usula de confidencialidad establecida, en la normativa dictada desde la promulgaciĆ³n del estado de alarma.

Esta se encuentra contenida en las Ć³rdenes SND 265/2020 de 19/03 y la Orden SND 275/2020 de 23/03, la orden conjunta de las ConsejerĆ­as de Sanidad y PolĆ­ticas Sociales 1/2020 de 27/03 de la Comunidad de Madrid y finalmente la Orden SND 322/2020, de 3 de abril, por la que se modifican la Orden SND/275/2020, de 23 de marzo y la Orden SND/295/2020, de 26 de marzo, y se establecen nuevas medidas para atender necesidades urgentes de carĆ”cter social o sanitario en el Ć”mbito de la situaciĆ³n de la crisis sanitaria ocasionada por el COVID19, donde se regulan detalladamente estas cuestiones.

En cumplimiento de dicha normativa, la residencia remite diariamente toda la informaciĆ³n, en el formato establecido y con los datos requeridos, a la Comunidad de Madrid que recientemente ha publicado los datos en el portal de transparencia. Por similares motivos no se permitiĆ³ la entrada en su dĆ­a de Chicote ni de cĆ”maras de televisiĆ³n.

Nos extraƱa su candidez al dar por cierto un reportaje televisivo, de realidad simulada, que no es sino una adaptaciĆ³n guionizada del cocinero comunicador, y que ustedes se convenzan tan fĆ”cilmente de esas verdades cual Truman en la famosa ā€œEl show de Trumanā€ y ni siquiera pregunten la versiĆ³n de la empresa. Deben conocer que la autorizaciĆ³n para grabar dentro de una residencia y realizar un programa televisivo excede de las potestades de esta empresa siendo competencia exclusiva de la Comunidad de Madrid, a la que Chicote pidiĆ³ autorizaciĆ³n y la Comunidad denegĆ³.

Sepan tambiĆ©n que los trabajadores denunciantes, en su papel de actores en el show, fueron objeto de un expediente sancionador que finalizĆ³ con la imposiciĆ³n de una sanciĆ³n por falta muy grave, sanciĆ³n firme, demostrĆ”ndose que la productora de Chicote, sin duda alguna por su audiencia y presupuesto, puede permitirse fĆ”cilmente comprar voluntades de los trabajadores. Solicito por tanto, si lo tienen a bien, que rectifiquen la informaciĆ³n, falsa en todos sus aspectos, y que en lo sucesivo en aras a la veracidad de sus informaciones, comprueban las mismas antes de publicarlas