A menos de 200 kilómetros del principal arsenal de la Armada española en el Mediterráneo, el de Cartagena, se asienta la principal instalación de sus “colegas” de la Armada del Ejército Nacional Popular de Argelia, la base de Mers El-Kebir.
La instalación de Mers El-Kebir, o Mazalquivir según su designación en español, es un puerto sito en el extremo occidental del Golfo de Orán en un cabo geográfico, que hace de la zona un sitio idóneo para albergar navíos, de hecho en árabe su nombre significa el “Puerto Grande”. La presencia naval militar se remonta al siglo XII, siendo conquistada por España en 1505 y permaneciendo en su poder hasta 1708. Aunque las actuales instalaciones militares son en buena parte de la época colonial francesa, que tomó la plaza en 1830, siendo en tiempos de la Segunda Guerra Mundial la principal base de la Marina Nacional francesa del Mediterráneo, junto a la de Tolón (sur de Francia). Pasó su nombre a la historia contemporánea cuando la base fue atacada por la Real Marina británica a instancias de Churchill el 3 de julio de 1940, perdiendo la vida 1297 marinos franceses. Un año después de la independencia de Argelia de Francia, en 1962, se creaba la incipiente Armada del Ejército Nacional Popular de Argelia, que utilizó desde el primer momento las múltiples instalaciones francesas de Mers El-Kebir, potenciándolas y creando la empresa estatal de construcción naval OMCN / CNE, donde se facilita el mantenimiento y se han construido varios buques militares argelinos.
Las tradicionales buenas relaciones entre Argelia y España fueron liquidadas de un plumazo por la decisión unilateral de Pedro Sánchez de reconocer la pertenencia a Marruecos del antiguo Sahara español, lo que también acabó con las maniobras conjuntas entre las Fuerzas Armadas de ambas naciones, tan próximas geográficamente como ahora tan distantes políticamente. A esta ecuación se suma la extrema necesidad española del suministro del gas argelino, la histórica hostilidad entre los mandatarios de Rabat y Argel, y la gran proximidad de los argelinos con Rusia, que es su principal suministrador de sistemas de defensa de todo tipo.
Entre las múltiples unidades navales argelinas basadas en dicha instalación están los seis submarinos, que son el máximo exponente del creciente poder naval argelino, de los que 4 son del denominado Proyecto 636 Varshavyanka (según la terminología de sus constructores rusos), y Kilo mejorado según la OTAN. Aunque son submarinos convencionales de propulsión diésel eléctrica, estamos ante uno de los más modernos diseños de este tipo de submarinos del mundo. Además alguna fuentes hablan de una posible adquisición de dos unidades más. Argelia recibió entre 2010 y 2019 estos Kilo 636, que fueron fabricados en San Petersburgo, y realizaron sus pruebas de mar en Rusia, antes de ir llegando progresivamente a Mers El-Kebir.
Aunque obviamente no es oficial, tales viajes de traslado pasando por el estrecho de Gibraltar y el mar de Alborán habrían sido aprovechados por la OTAN y la Armada española para captar la firma acústica de éstos, un dato fundamental que en la Alianza Atlántica se suele compartir, y que no solo sirve para determinar que se trata de un submarino de una clase concreta, sino de la unidad individualizada de ésta. En el caso de los submarinos del proyecto 636 destaca su casco más largo, de 73,8 metros de eslora frente a los 70 de los de la clase Kilo original, un diseño que junto a motores más potentes que permiten la reducción de la velocidad de rotación del eje de propulsión principal, les hace bajar mucho dicha firma acústica respecto a los originales.
Además de su normal capacidad de lanzar torpedos de 533 mm, resalta la de disparar misiles de alta precisión de tipo Kalibr, un diseño del gabinete ruso Novator Design Bureau (OKB-8), que cuentan con versiones de exportación Club- S, tanto antibuque como de crucero, denominadas como 3M-54E1 y 3M-14E y alcance hasta 190 y 300 kilómetros respectivamente. En septiembre 2019 el Ejército Nacional Popular reconoció que había realizado unas maniobras navales en las que se lanzaron misiles de este tipo, que cuentan con un complejo sistema de guía inercial. Aunque los Club-S tienen un alcance inferior a los que actualmente Rusia utiliza ampliamente contra Ucrania, disparados desde sus submarinos posicionados en el mar Negro.
En total la Marina Nacional de Argelia, que no es un ente autónomo como la Armada española, ya que forma parte del referido Ejército Popular Nacional argelino, cuenta además de con los cuatro citados del Proyecto 636 con dos más antiguos del denominado Proyecto 877EKM o Kilo, entregados entre 1987-1988, pero modernizados aprovechando una gran carena en San Petersburgo entre 1993-1996.
En este punto hay que indicar que aunque Argelia cuenta con 6 submarinos frente a los 2 españoles, que serán sustituidos progresivamente a partir del próximo año con los 4 del tipo S-80 Plus o clase “Isaac Peral”, no tiene capacidad para hacer tareas complejas de sostenimiento y mantenimiento como las referidas de gran carena, lo que les hace depender de su gran aliado, Rusia. Ni tampoco dispone de submarinistas con los más de 100 años de experiencia acumulada que tiene el arma submarina española.
