La AsociaciĂłn de Constructores Europeos de AutomĂłviles (ACEA) calcula que serán necesarios unos 60 millones de puntos de recarga pĂşblicos y privados en Europa para 2030, si se espera que el 50% de los vehĂculos que se vendan en ese año sean enchufables.
AsĂ lo señala la organizaciĂłn en uno de sus ‘Position Paper’, sobre la prĂłxima revisiĂłn de las normativas de emisiones de diĂłxido de carbono (CO2) de la UniĂłn Europa, que se llevará a cabo el prĂłximo mes de junio.
A juicio de los fabricantes europeos, esta revisiĂłn del reglamento no deberĂa incluir ningĂşn cambio de los objetivos medioambientales para 2025, ya que las empresas no tendrĂan tiempo para adaptar sus tecnologĂas y alcanzar nuevas metas.
«Teniendo en cuenta los largos ciclos de desarrollo tecnolĂłgico y de producciĂłn de la industria automovilĂstica, simplemente no es posible cambiar ningĂşn parámetro tĂ©cnico de los vehĂculos tan tarde si esos modelos tienen que estar listos en el mercado para 2025″, ha subrayado ACEA.
Sin embargo, la asociación se ha mostrado abierta a endurecer los objetivos de emisiones de CO2 para 2030, siempre que las autoridades europeas y los estados miembros se comprometan a intensificar el despliegue de puntos de carga eléctricos.
AsĂ, dependiendo del escenario al que se pretenda llegar, ACEA ha calculado el nĂşmero de puntos de carga necesarios. Por ejemplo, si lo que se pretende es reducir un 50% las emisiones para 2030, con los vehĂculos electrificados representando un 50% del total de las matriculaciones, serĂan necesarios unos 6 millones de puntos de carga pĂşblicos.
En este sentido, los fabricantes calculan que harán falta en total unos 60 millones de puntos de carga públicos y privados además de 1.000 estaciones de carga de hidrógeno públicas.
ACEA ha insistido en que la UE deberĂa permitir a cada fabricante elegir la tecnologĂa que prefiera a la hora de reducir las emisiones, «para minimizar las distorsiones competitivas».