Violador encierra a una mujer durante 31 aƱos y la usa como esclava sexual

MatĆ­as Enrique Salazar ha sido imputado por ejercer amenazas, violencia sexual y psicolĆ³gica y esclavitud sexual a una mujer durante 31 aƱos, a quien mantuvo encerrada en un pequeƱo apartamento de una urbanizaciĆ³n de Aragua. La mujer era su pareja, de 49 aƱos.

La policƭa contempla la posibilidad de que la mujer hubiera sido abusada sexualmente por Salazar por primera vez con 17 aƱos. El hombre de 56 aƱos la habrƭa amenazado con dejarla sin comida y agua si esta se negaba a hacer lo que Ʃl decƭa.

Ā«De acuerdo con lo expresado por la mujer, el victimario la manipulĆ³ y engaĆ±Ć³ para que abandonara su hogarā€ explica un comunicado.

El presunto criminal podrĆ­a hacer frente a la pena mĆ”xima existente en Venezuela: 30 aƱos de cĆ”rcel. AdemĆ”s, este caso se tratarĆ­a solo de una de las cuatro mujeres que se cree que mantuvo en cautiverio en la misma ciudad. El imputado es conocido por los vecinos como ā€œel gordo MathĆ­asā€, que habrĆ­a raptado a la mujer en 1988, cuando esta tenĆ­a 23 aƱos.

La vĆ­ctima habrĆ­a estado escuchando la radio y viendo canales regionales de la televisiĆ³n durante este tiempo, en un apartamento sin lĆ”mparas. La vivienda quedaba por tanto en plena oscuridad al ocultarse el sol. Las cortinas eran densas y la mujer no podĆ­a hacer ruido. Salazar le dijo a los vecinos, cuando en varias ocasiones preguntaron por algo que escucharon, que se trataba de la seƱora de la limpieza.

EL VIOLADOR LE PROPINABA PALIZAS

Ā«La golpeaba mucho, la amenazaba y la traumatizĆ³ tanto que ella tenĆ­a miedo de levantarse. En dos oportunidades Ć©l dejĆ³ unas llaves, que no eran las del apartamento, y ella intentĆ³ abrir la puerta, pero Ć©l al regresar se dio cuenta y las golpizas fueron brutales.Ā Ella ya tenĆ­a miedo de hacer cualquier cosa y que Ć©l la mataraā€ cuenta el sobrino de la vĆ­ctima, Ɠscar HernĆ”ndez.

La relaciĆ³n entre el violador y la vĆ­ctima habrĆ­a empezado cuando la mujer tenĆ­a 17 aƱos, y Ć©l 23. La familia de la vĆ­ctima no daba el visto bueno a la relaciĆ³n, porque el hombre ya se habĆ­a mostrado agresivo, como recoge CrĆ³nica Uno.