Tras la extinciĆ³n del incendio del Windsor se produjo una guerra entre perjudicados y demandados para resarcirse de las pĆ©rdidas econĆ³micas. Los perjudicados estĆ”n claros. Pero, Āæa quiĆ©n beneficiĆ³ el siniestro?
Al final, los principales beneficiados fueron la familia ReyzƔbal, dueƱa del edificio; Juan Carlos FernƔndez Cernuda, entonces jefe de seguridad de El Corte InglƩs, y Francisco GonzƔlez, presidente del BBVA.
La familia ReyzĆ”bal era la dueƱa de Ason Inmobiliaria, propietaria del edificio, tras la desgracia, posteriormente sacaron una importante tajada con su venta a El Corte InglĆ©s. El jefe de seguridad de los grandes almacenes, Juan Carlos FernĆ”ndez-Cernuda, fue protagonista de los acuerdos econĆ³micos tras el incendio, y consiguiĆ³ mejorar la posiciĆ³n de sus propias empresas de seguridad. Por Ćŗltimo, Francisco GonzĆ”lez, presidente del BBVA, vio cĆ³mo se desvaneciĆ³ para siempre el riesgo que podĆa correr por culpa de la venta de su firma FG Valores a Merrill Lynch.
FAMILIA REYZĆBAL
La familia del burgalĆ©s JuliĆ”n ReyzĆ”bal consiguiĆ³ vender Ason Inmobiliaria a El Corte InglĆ©s por unos 400 millones de euros en 2006, un aƱo despuĆ©s del siniestro del Windsor. Con ello garantizaron una herencia que podrĆa haberse desvanecido.
La fortuna familiar se construyĆ³ a partir de la productora de cine Ćzaro Films, los cines, las discotecas y, posteriormente, las inversiones inmobiliarias. AsĆ, el edificio Windsor era el portaviones de la flota, pero siguieron invirtiendo en ladrillo, como el 20% de Torre Picasso de la que fueron dueƱos, tambiĆ©n en el complejo financiero de Azca.
Para muchos, la suma de entre 400 y 500 millones de euros fue muy buen negocio para la familia ReyzƔbal, teniendo en cuenta que se trataba de comprar una inmobiliaria que acababa de perder un edificio de oficinas con una edificabilidad de 30.000 metros cuadrados en 106 metros de altura.
El Windsor era un edificio de oficinas construido en 1979, por lo que en 2005 le faltaban cuatro aƱos para cumplir las tres dĆ©cadas. De hecho, en el momento del incendio la torre de oficinas se encontraba en obras, necesarias para la actualizaciĆ³n de los sistemas de lucha contra el fuego.
La mole de cristal, situada junto a los enormes edificios de El Corte InglĆ©s del Paseo de la Castellana, era una ubicaciĆ³n apetecible para que la empresa de los grandes almacenes ampliara los mismos. En los bajos del Windsor se encontraban tres plantas alquiladas a El Corte InglĆ©s.
JUAN CARLOS FERNĆNDEZ CERNUDA
El jefe de seguridad de El Corte InglĆ©s, Juan Carlos FernĆ”ndez Cernuda, (conocido por todos como Cernuda) ademĆ”s de tener este puesto, hacĆa negocios con la empresa para la que trabajaba a travĆ©s de la sociedad Mega 2.
La larga historia de negociaciĆ³n de las indemnizaciones por el siniestro se alargĆ³ durante aƱos debido a su complejidad. Finalmente, las empresas protagonistas de la operaciĆ³n llegaron a un acuerdo por el que El Corte InglĆ©s (que habĆa comprado Ason Inmobiliaria, la propietaria del Windsor), Deloitte y la aseguradora Zurich (que cubrĆa a la empresa de seguridad Prosegur) hacĆan frente a mĆ”s de 52 millones de euros.
El acuerdo parecĆa cerrado cuando Prosegur y Zurich dieron marcha atrĆ”s. Eso provocĆ³ que El Corte InglĆ©s dejara de contratar a partir de ese momento con ellos. El lugar que ocupaba Prosegur en la vigilancia de las instalaciones de El Corte InglĆ©s lo cubrieron otras empresas del sector.
La empresa Mega 2, del jefe de Seguridad de El Corte InglĆ©s, Juan Carlos FernĆ”ndez Cernuda, expolicĆa como su socio, el excomisario Domingo Martorell, se hizo con parte de los contratos. Una de las grandes del sector, Securitas, se hizo tambiĆ©n con otra parte del pastel. Securitas tambiĆ©n habĆa comprado aƱos antes la sociedad PSI, de Cernuda y Martorell; e Interlabora, del hermano de Cernuda, segĆŗn publicĆ³ El Confidencial.
āNo se consideraban necesarios ni estaban vigente entonces, entre otros, los principios generales de suficiente concurrencia y adecuada segregaciĆ³n de funcionesā
SegĆŗn otros documentos a los que ha tenido acceso MONCLOA.COM, los acuerdos del Windsor beneficiaron especialmente a las empresas de Cernuda, que tenĆa una posiciĆ³n directiva en El Corte InglĆ©s y a la vez era accionista en las empresas de seguridad con las que contratĆ³ el gigante de la distribuciĆ³n, porque el directivo y empresario se fue haciendo con aquellas empresas que formaban parte de aquel acuerdo de reparto de la seguridad de El Corte InglĆ©s que fueron quebrando.
Cernuda justificĆ³ lo ocurrido bajo el argumento de que en aquel momento no se habĆan ādesarrollado detalladamente ni implantado aĆŗn todas las buenas prĆ”cticas de buen gobierno relativas a los procesos de contrataciĆ³n de bienes y serviciosā. Por ello, en un informe interno sostiene que en El Corte InglĆ©s āno se consideraban necesarios ni estaban vigente entonces, entre otros, los principios generales de suficiente concurrencia y adecuada segregaciĆ³n de funcionesā.
A todo ello aƱade que ātampoco se puede olvidar la situaciĆ³n extrema en que se desarrollaron aquellos acontecimientosā, en referencia a que las negociaciones y el reparto del negocio se realizĆ³ como consecuencia del incendio del edificio Windsor, con las consecuencias que tenĆa para El Corte InglĆ©s, sobre todo desde el momento que se hizo con Ason Inmobiliaria, la propietaria del rascacielos, y por lo tanto, del riesgo por la responsabilidad que podĆa adquirir en las posibles indemnizaciones por los daƱos.
Este documento, por Ćŗltimo, sostiene que āen cualquier caso es evidente que estas operaciones fueron conocidas y aprobadas por la Alta DirecciĆ³nā. Por lo demĆ”s, este papel seƱala que las acusaciones sobre que El Corte InglĆ©s pagara a Mega2 precios muy por encima de los ofertados por otros competidores son āclaramenteā exageradas āen su conjuntoā. En cualquier caso, admite que hay posibilidades de mejorar la gestiĆ³n y la bĆŗsqueda de proveedores alternativos.
Una auditorĆa externa y dos internas de El Corte InglĆ©s concluyeron que no hubo irregularidades, sostuvieron que se habĆa realizado una gestiĆ³n adecuada de aquellos contratos, conforme a la ley, y que ni FernĆ”ndez Cernuda ni sus empresas se vieron beneficiadas.
FRANCISCO GONZĆLEZ
El presidente del BBVA en aquel momento, Francisco GonzĆ”lez, se jugaba su futuro personal y la presidencia del banco. En el incendio se volatilizaron los documentos en los que se basĆ³ la auditorĆa sobre la venta de su sociedad, FG Valores, a Merril Lynch, que querĆa investigar la FiscalĆa AnticorrupciĆ³n. Tras la venta se descubriĆ³ un presunto desfase contable de 757 millones de las antiguas pesetas que, una vez ocurrido el incendio, ya no perseguirĆan al banquero.
Los documentos se quemaron la noche entre el 12 y el 13 de febrero de 2005. Un dĆa antes, la FiscalĆa AnticorrupciĆ³n habĆa pedido los documentos en los que se basĆ³ la auditorĆa de FG Valores. Los papeles se encontraban en la torre Windsor, donde tenĆa su sede la auditora Deloitte.
Tras el incendio las especulaciones pusieron el foco en la posibilidad de que el siniestro tuviera que ver con la destrucciĆ³n de esta documentaciĆ³n. La investigaciĆ³n no pudo aportar ningĆŗn indicio.
Eso sĆ, Francisco GonzĆ”lez se librĆ³ para siempre de su hipotĆ©tica responsabilidad en la venta de su empresa a Merrill Lynch. El entonces presidente del BBVA ganĆ³ con ello la tranquilidad de no ver peligrar 757 millones de pesetas y las multas o penas que pudiera haber llevado aparejada.
Por otra parte, su continuidad en la presidencia del banco experimentĆ³ un espaldarazo al despejar ante sĆ este horizonte. De hecho, la venta de FG a Merrill Lynch habĆa pasado durante las anteriores semanas por la ComisiĆ³n Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y posteriormente por la FiscalĆa AnticorrupciĆ³n justo cuando un grupo de accionistas del banco, encabezado por Sacyr, habĆa iniciado una maniobra para intentar desbancarle de la presidencia.