La política económica de la coalición entre PSOE y Unidas Podemos no dará un giro de 180 grados. Unidas Podemos tendrá que dejar en el tintero muchas de sus propuestas. De las pocas que podrá llevar a cabo, una de ellas será la subida del salario mínimo. La inquietud de los empresarios y la delicada situación que vive la coalición entre la formación morada y el PSOE ha cambiado los planes de Unidas Podemos. Pablo Iglesias ha conseguido el objetivo de entrar en el Gobierno. Pero la incertidumbre económica que aún genera la posibilidad de que se forme un Ejecutivo tan inestable ha obligado al líder de Podemos a levantar el pie del acelerador y ceder.
Las empresas del IBEX35 y la CEOE ya han mostrado su miedo a que se lleven a cabo las medidas estrella de Unidas Podemos. Algunos han sido más claros y otros simplemente filtran declaraciones a los medios para dejar claro su malestar. Pero lo que está claro es que los agentes económicos y financieros están inquietos ante la posible llegada de Iglesias a la vicepresidencia del Gobierno y de algunos de los suyos, como Yolanda Díaz, al ministerio de Trabajo. Es por esta razón por la que Iglesias ha decidido mantener una política económica no tan agresiva contra los grandes empresarios.
De entre las medidas que los de Iglesias querían llevar a cabo, muchas tendrán que quedarse en el tintero. Unidas Podemos se hará cargo, previsiblemente, de carteras como la de Trabajo o la de Igualdad. Y desde ahí, solo podrán ejecutar reformas como la subida del salario mínimo interprofesional a 1.200 euros brutos mensuales. Algo con lo que el PSOE está de acuerdo. Otras, como la reducción de la jornada laboral a 34 horas semanales o la subida de impuestos a las grandes fortunas tendrán que esperar. O al menos no se ejecutarán con la ambición que Iglesias querría.
La ministra de Economía, Nadia Calviño, será el arma secreta de Sánchez para calmar a los mercados. El presidente del Gobierno no quiere alterar en exceso los ánimos de los agentes financieros. Y Calviño, al frente de una vicepresidencia económica, será la encargada de ofrecer una imagen de estabilidad en el plano económico tanto a la Unión Europea (UE) como a las empresas del IBEX35.
El programa de Unidas Podemos presenta un paquete de medidas que contempla la subida del SMI a 1.200, reducción de la jornada laboral a 34 horas semanales, una renta básica garantizada de 600 euros o un impuesto progresivo de entre el 2% y el 3,5% a las grandes fortunas con patrimonios superiores al millón de euros. Además de otras medidas como elevar al 47% el IRPF a las rentas que superen los 100.000 euros anuales y al 55% las que superen los 300.000 euros.
Pero de todo este ambicioso programa económico, Iglesias se tendrá que conformar con las medidas menos agresivas. Aún así, el PSOE cederá en algunas de ellas. Especialmente en las referentes a la violencia de género (que contemplan pagar una renta a las mujeres maltratadas) y la subida del salario mínimo. Aunque aún no está claro si Iglesias conseguirá aumentar este último de los 900 euros mensuales a los 1200, puesto que el golpe para las pequeñas y medianas empresas sería duro.
Otras de las medidas que Iglesias intentará llevar a cabo es la ampliación del IVA reducido del 4% a más alimentos y bebidas no alcohólicas. También, situar en el 10% el de calefacción, gas y electricidad. Esto es algo que desde el PSOE no se ve con malos ojos, siempre que se logren aprobar los Presupuestos Generales del Estado.
Donde Iglesias se encontrará con un muro será en las medidas que competen el ministerio de Transición Ecológica, del que Teresa Ribera seguirá siendo referente. Unidas Podemos contempla en su programa electoral el crear una empresa eléctrica pública y un Banco de Inversión para la Transición Tecnológica y Económica (BITTE) para invertir en energías renovables. Algo que se quedará en el tintero, al menos de momento, ya que el PSOE no se ha mostrado favorable a ceder esta cartera.
Sánchez se ha visto obligado a crear un Gobierno de contrapesos. Pese a que desde Unidas Podemos no veían con buenos ojos que Nadia Calviño estuviera al frente de la economía del país, Iglesias ha tenido que ceder. El Ejecutivo pasará a tener una ministra de Trabajo con un pasado político que coqueteaba con el ideario comunista y una vicepresidenta de corte liberal al frente de una vicepresidencia económica.
Y todo esto aún está pendiente de que los partidos nacionalistas, desde el PNV a ERC, den su apoyo a la investidura de Sánchez. De momento, los independentistas se mantienen en el no a Sánchez, pero aún quieren negociar a ver qué concesiones logran arrancar del Ejecutivo de Sánchez. Y el PNV también ha mostrado su voluntad de apretar por conseguir más autogobierno.