Desde hace trece meses se vienen reuniendo cinco juristas vasco-navarros para renovar el Estatuto de Gernika de 1979. Ellos son Mikel Legarda (PNV), Iñigo Urrutia (EH Bildu), Arantxa Elizondo (Elkarrekin Podemos), Alberto López Basaguren (PSE-PSOE) y Jaime Ignacio del Burgo (PP), que se han visto las caras en una treintena de ocasiones durante este tiempo.
De estas reuniones, y de los trabajos individuales, han surgido tres proyectos que se conocerán el próximo 11 de diciembre tras ser analizados por la Mesa del Parlamento vasco. El que por ahora ha alcanzado mayor cuota de consenso es el que preparan, con varias diferencias entre ellos, PNV, PSE y Podemos, que prevén aprobar las cuentas del Gobierno Vasco para 2020.
Este Estatuto cuenta con alrededor de 125 artículos, el actual cuenta con 47 y el famoso catalán 223, y a partir de ahora afronta dos tormentas que se le acercan desde la izquierda, EH Bildu, y desde la derecha, el Partido Popular. Los abertzales dicen que el PNV renuncia a la soberanía de Euskadi y los populares aseguran que contraviene a la Constitución. Aquí van las 7 claves del nuevo Estatuto:
1- EL ESTATUTO DE EUSKAL HERRIA
El PNV asegura que su proyecto es la «inteligente y viable combinación del principio de legalidad con el principio democrático». Andoni Ortuzar, presidente de los jeltzales, afirma que en el documento se reconocen «la identidad nacional de Euskadi» y «la relación bilateral con el Estado español».
Pero el título preliminar puede terminar sin consenso porque el PSE y Podemos no quieren convertir la Euskal Herria cultural en un sujeto político. El título dice así: «La ciudadanía de Álava, Vizcaya y Guipúzcoa, como parte integrantes de Euskal Herria, en expresión de su identidad nacional y de su voluntad democrática, se constituye en Comunidad Autónoma de Euskadi de acuerdo con la Constitución y con el presente Estatuto, que es su norma institucional básica».
2- DERECHO A DECIDIR
El PNV reivindica el derecho a decidir del pueblo vasco, pero el PSOE y el PP no quieren ni oír hablar del asunto y EH Bildu cree que el derecho de libre autodeterminación de los pueblos es irrenunciable.
En Podemos, como cada vez que sale este asunto a la palestra, se ponen de perfil sin apostar por el independentismo y sin ser contrarios a que la ciudadanía se exprese en las urnas. Los morados, es evidente, no se sienten cómodos ante un asunto en el que, en realidad, no parecen tener tantas diferencias con el PP y con el PSOE.
3- BILATERALIDAD
El PNV busca que se reconozca la relación bilateral Euskadi-España, que de facto se da en Madrid desde hace años y que es el principal objetivo político de ERC por estos días. Los jeltzales quieren aprovechar el Gobierno estatal que podrían conformar PSOE y Unidas Podemos para sacar adelante el Estatuto.
Aunque algunos de los aspectos de su texto no ayudan a ello: en un artículo diferencian entre «nacionales vascos» y «ciudadanos», patinazo identitario con olor a naftalina que obligará a Podemos y al PSOE a exigirles una rectificación.
4- LA TRANSITORIA CUARTA
El Estatuto más afín al PNV recuerda, al igual que la Carta Magna de 1978, que Navarra puede incorporarse al País Vasco «de acuerdo con el procedimiento establecido en la disposición transitoria cuarta de la Constitución y en este Estatuto».
El PSE quiere sacar este asunto desde el título preliminar y Jaime Ignacio del Burgo, experto del PP y protagonista de la existencia de la disposición transitoria cuarta por su papel hace cuatro décadas, cree que este asunto no es el más grave.
5- LA REPÚBLICA VASCA
Euskal Herria Bildu prepara un texto con inspiración catalana que suma 250 artículos. La formación abertzale apuesta por el derecho a decidir y no esconde que la consecución de una República vasca es su principal objetivo.
Otegi, escéptico con la renovación estatutaria, asegura que el PNV ha dado un paso atrás respecto al Plan Ibarretxe porque entonces los jeltzales no encajaron el asunto en la Constitución española. Bildu cree que ‘el síndrome’ del Estatut catalán ha frenado al PNV.
6- ENFADOS A LA DERECHA DEL PNV
Alfonso Alonso, antes de leer los trabajos, ha pedido que se archiven los diferentes Estatutos al constatar el «fracaso» y la «inconstitucionalidad» de los proyectos del PNV y Bildu. Jaime Ignacio del Burgo, expresidente de la Diputación de Navarra, tampoco está cómodo ante los planteamientos del nacionalismo vasco.
El jurista pamplonés cree que «el proyecto para crear un nuevo ente político vasco que supere la condición de comunidad autónoma y que se incluya como sujeto soberano y confederado en una España como nación de naciones, no pretende sino expulsar al Estado del País Vasco».
7- NAVARRA, UNA VEZ MÁS
En la II República comenzó a tejerse un Estatuto vasco-navarro que venía a unir jurídicamente a los principales territorios del Reino de Navarra. Cierto es que aquel Estatuto se frenó en 1932 por el freno de la derecha navarra, que lo tildó de «ateo» , y por los recelos socialistas, que primero creyeron que el PNV quería convertir a Euskadi un «Gibraltar vaticanista», Indalecio Prieto dixit, y después denunciaron que quería crear un debate artificial identitario.
Aquel proyecto acabó en Estatuto vasco, 1936, y el nieto de este ordenamiento acabará con enfado de un sector de Navarra: la presidenta María Chivite, del PSN-PSOE, ya ha pedido al PSE-PSOE que la Comunidad Foral no aparezca reflejada en el texto.
Javier Esparza, líder de UPN y de la oposición navarra, cree que el nacionalismo vasco quiere «conseguir su objetivo de hacer desaparecer a Navarra como comunidad propia, diluir sus instituciones y sus competencias dentro de la supuesta nación vasca y llevar a cabo la ruptura con España». Los regionalistas navarros, paradojas de la vida, entroncan con el nacionalismo español y se muestran contrarios a que la Comunidad Foral tenga mayores dosis de autogobierno.
