El silencio cómplice entre PSOE y Unidas Podemos: todo por el Gobierno

  • Un exabogado de Podemos ha acusado al partido de Iglesias de cobrar sobresueldos en negro.
  • Un escolta de Irene Montero ha denunciado a la portavoz de Unidas Podemos por usarle para hacer recados.
  • Iglesias se mantuvo en silencio tras la sentencia de los ERE. Y ahora el PSOE le ha devuelto el favor.
  • Los casos de corrupción se han asomado estas últimas semanas por las sedes del PSOE y de Unidas Podemos. Primero fue la sentencia de los ERE, que condenó a exdirigentes socialistas andaluces. Y ahora, un ya exabogado de la formación morada ha acusado a miembros del partido de haber cobrado presuntamente sobresueldos en negro. La peculiaridad es que con el objetivo de conservar el preacuerdo que podría llevar a Unidas Podemos y al PSOE a formar Gobierno, ambas formaciones se han mantenido en absoluto silencio. Ni una crítica al partido contrario. Y mucho menos al propio. Todo por el Ejecutivo.

    Tal y como ha asegurado José Manuel Calvente, exdelegado de protección de datos de Podemos, su despido no ha sido casual (ni mucho menos por el acoso sexual del que se le acusa). Según el abogado, tras este acto se esconde el miedo de los dirigentes de la formación morada a que Calvente haya recabado pruebas suficientes que demuestren varios actos ilegales que afectarían al partido de Pablo Iglesias. Entre ellos, el pago de unos sobresueldos que comprometerían «seriamente al partido como entidad jurídica desde un punto de vista penal». Y ante todo esto, al igual que en otros casos, el PSOE ha guardado silencio absoluto.

    Los líderes socialistas están en deuda con Iglesias después de que el líder de Unidas Podemos se mantuviese en silencio tras la condena de los ERE, que sentenció a los expresidentes de la Junta de Andalucía José Antonio Griñán y Manuel Chaves a seis años de prisión y nueve de inhabilitación respectivamente. La mayor crítica del secretario general de Podemos al PSOE fue decir que esta forma de actuar era cosa del pasado.

    Y estas últimas semanas de noviembre, ha sido el turno de Pedro Sánchez, que ha dado orden en su partido de que nadie critique a Unidas Podemos. Primero fue la noticia de Okdiario en la que apuntaba que uno de los escoltas de Pablo Iglesias e Irene Montero les había denunciado por utilizarle para realizar sus recados personales. Y luego ha sido el abogado de la formación, que ha afirmado cosas aún peores que podrían poner el riesgo de algún que otro Ministerio, como el de Irene Montero. Dos casos de presuntos actos ilegales que han pasado desapercibidos para los socialistas.

    La consigna de la coalición entre el PSOE y Unidas Podemos es todo por el Gobierno. Mezclado con algunos tintes de evitar el bloqueo. Pero lo cierto es que ambas formaciones han evitado enfrentarse entre sí a toda costa. Incluso cuando había una sentencia que evidenciaba que los socialistas habían cometido en Andalucía prevaricación y malversación.

    Ahora, según palabras del abogado de Podemos, Irene Montero está fuera de sí. «Nadie me ha dicho que tengo una denuncia de una compañera de trabajo. Mis testigos lo van a tumbar todo, se han vuelto locos y están desquiciados. Irene Montero está histérica porque se está jugando su Ministerio», ha asegurado al diario El Mundo Calvente.

    Ambas formaciones han mostrado estos últimos días una compenetración y lealtad mutua de la que carecieron todo el verano, cuando las críticas y los reproches eran la norma. El PSOE ha ido a una. Nadie del partido se ha salido de la orden de Sánchez y ha criticado lo más mínimo las denuncias que sobrevuelan la sede de Unidas Podemos. A Iglesias, sin embargo, le ha costado mucho más mantener las costuras de su formación.

    Los Anticapitalistas de Andalucía rompieron el voto de silencio impuesto por Iglesias tras la sentencia de los ERE. Todos en Unidas Podemos querían preservar el preacuerdo a toda costa. Y lo que antes hubiera significado casi con toda seguridad unas críticas feroces hacia el partido, se convirtió en algo del pasado. Pero solo para Iglesias y su núcleo. Teresa Rodríguez y los suyos, sin embargo, sacaron las armas y criticaron duramente al PSOE andaluz. Tanto, que ahora los andaluces no cuentan con la posibilidad de obtener ninguna cartera ministerial.

    Otro tema donde ambas formaciones tenían fuertes diferencias y en el que parece que ahora sí se han conseguido poner de acuerdo es Cataluña. Antes, Unidas Podemos consideraba que el referéndum era la única solución al desafío independentista. Y aunque aún lo piensan, la promesa de una vicepresidencia y tres o cuatro ministerios pesa mucho más que la ideología. Además de que en el preacuerdo Iglesias prometió a Sánchez que permitiría al PSOE llevar la voz cantante con los nacionalistas. De los que, por cierto, depende la investidura de Pedro Sánchez.

    Ahora son ERC y el PNV los que tienen la sartén por el mango. El próximo Gobierno depende de ellos. Para que Sánchez salga investido presidente, necesitará sus votos a favor. O como poco sus abstenciones. Eso siempre que tanto el PSOE como Unidas Podemos lleguen enteros a la próxima investidura. Ya que los planes de Iglesias de celebrarla antes del 2020 parecen haberse desvanecido. Lo que sí que está claro es que ni un partido ni otro se criticarán entre sí. Y mucho menos harán autocrítica sobre todo aquello que les afecte. Y menos en Navidad.