Unos 1.000 mossos d’Esquadra garantizarán la seguridad del entorno del Camp Nou y de la celebración del partido de fútbol de Liga entre el FC Barcelona y el Real Madrid, en un dispositivo de seguridad que en total contará con 3.000 efectivos incluyendo a la seguridad privada del club. La policía catalana no descarta una invasión de campo como peor escenario, aunque su información es que Tsunami Democràtic no contempla este tipo de protesta.
Así lo han explicado en una rueda de prensa el conseller de Interior de la Generalitat, Miquel Buch, y el comisario jefe de los Mossos d’Esquadra, Eduard Sallent, que han garantizado la celebración del partido y que actuarán ante cualquier eventualidad, además de puntualizar que se trata de un dispositivo ligeramente superior al habitual.
El jefe de los Mossos ha indicado que el peor escenario sería una interrupción del Barcelona-Madrid, pero ha puntualizado que «las informaciones que Tsunami ha trasladado es que no tiene intención de interrumpir el partido«, y ha dicho que sería un escenario no deseado.
Sobre si auguran una invasión del campo, Sallent ha zanjado: «Nuestra obligación es contemplar todas las hipótesis» y ha puntualizado que los Mossos solo entrarían en el terreno de juego si hay un desorden, y recepcionarían a las personas implicadas.
El consejero Buch, por su parte, ha resaltado que el dispositivo lo lideran los Mossos, que han mantenido reuniones con los dos clubes y con la Federación española de fútbol y ha vuelto a lamentar que el partido se aplazara el pasado 26 de octubre: «Fue una decisión equivocada».
Ha indicado que el dispositivo tendrá dos fases: en la primera se establecerá un cordón de seguridad a partir de la mañana del 18 de diciembre con filtros y controles, y que garantizará el acceso al partido de los jugadores y árbitros, y la segunda se centrará en el acceso del público y el partido en sí.
ACCESO DE ÁRBITROS Y EQUIPOS
Así, en dicha primera fase habrá un cordón amplio de seguridad que será poroso y permitirá la circulación –«no será una zona blindada»–, y en el que se prevén filtros y controles del espacio para que esté libre y accesible, y su principal objetivo será que los equipos y el árbitro accedan al estadio.
La segunda fase será más cerca del propio campo, en sus aledaños, y tendrá como principal objetivo que los aficionados entren en el campo y que el partido transcurra con total normalidad, además de que se impedirán posibles encontronazos entre aficiones radicales de los dos clubes.
Así, el comisario jefe ha expresado que habrá una «mayor intensidad» de controles para acceder, registros y comprobaciones, y ha recomendado a los aficionados que acudan en Metro o a pie ya que será muy complicado aparcar, y que lo hagan con más antelación que habitualmente.
«MULTAS IMPORTANTES»
Sallent se ha referido también a las sanciones que puede acarrear la interrupción del partido de fútbol, ya que conllevarían «multas importantes y en el caso de socios, a medidas disciplinarias del propio equipo«.
Durante la rueda de prensa, han destacado la coordinación con FC Barcelona y el Real Madrid, y que los Mossos han mantenido reuniones sobre el dispositivo con el director de seguridad del Barça y el Real Madrid, y el responsable de seguridad de la Federación Española de Fútbol.
El comisario jefe ha explicado que el dispositivo se ha diseñado teniendo en cuenta que la Comisión Permanente de la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte lo ha declarado de ‘alto riesgo’, como es habitual, y que actualmente hay una alerta antiterrorista de nivel 4 sobre 5 y la convocatoria de Tsunami.
Tsunami ha anunciado cuatro puntos de encuentro en las inmediaciones del campo barcelonés, y ha avisado de que hasta el momento más de 18.000 personas se han inscrito por varios canales a las convocatorias, «muchas de estas personas con entradas de socio, ya han recibido las consignas pertinentes».