miércoles, 11 diciembre 2024

Ribera reta a proponer un plan B al que no le guste el estado de alarma

La vicepresidenta cuarta del Gobierno y encargada de coordinar la desescalada de las medidas contra el coronavirus, Teresa Ribera, ha defendido este domingo que el estado de alarma es el instrumento que ofrece la Constitución para una crisis como la del covid-19 así que ha emplazado a quien no quiera prorrogarlo a proponer alternativas a este mecanismo o incluso una reforma de la Constitución. «Al que no le guste, que proponga otra» alternativa, ha llegado a decir.

«O que diga que no es una crisis nacional, global, sino que es local, y asuma el coste de lo que está proponiendo. De verdad que (el Gobierno) no hemos visto otra cosa», ha asegurado en una entrevista en La Sexta, recogida por Europa Press.

Así lo ha afirmado ante la pregunta de si el Gobierno tiene o no un plan B para aplicar la desescalada en caso de que el Congreso no apruebe la prórroga del estado de alarma: «Lo importante es preguntar cuales son los planes B de aquellos a los que no les gusta el plan A», ha replicado, añadiendo que «no se entiende por qué se dice que no a todo pero no se propone una alternativa a ese no».

UNA GRAN IRRESPONSABILIDAD LA LEY DE SALUD PÚBLICA EN LUGAR DE LA ALARMA

Ribera ha explicado que la Ley de Salud Pública permite tomar medidas excepcionales y restringir derechos para frenar una crisis sanitaria local, pero no nacional ni mucho menos global. Así, ha opinado que alguien puede pensar que esa «gestión fraccionada» es suficiente ante una crisis como esta, pero el gobierno cree que sería «una gran irresponsabilidad».

Ribera ha defendido que la desescalada es el «complemento indispensable» de la gestión eficaz de la crisis, y por lo tanto que sigue siendo necesaria la «competencia fuerte del Estado» activada «de manera excepcional».

Se trata, ha dicho, de tener una «capacidad de control, de seguimiento» en todo el territorio nacional para «garantizar que no hay nuevos rebrotes» como consecuencia de la movilidad entre provincias o comunidades autónomas.

«Pensar que desde Galicia se puede gestionar o reaccionar frente a un potencial rebrote en Málaga es un poco llamativo», ha proseguido. También ha defendido que la declaración de alarma es habitual en otros países europeos, recalcando que Alemania aprobó el 27 de marzo una ley de urgencia para habilitar al Gobierno federal, que en Francia el estado de alarma está vigente hasta el 24 de julio y en Italia fue aprobado el 31 de enero por seis meses.

Por otro lado, ante las críticas de PP y otros partidos sobre el poco tiempo que tienen para prepararse los comercios que pueden abrir mañana –el BOE con las instrucciones concretas se ha publicado esta tarde–, ha dicho que «evidentemente todo es mejorable», pero que el Gobierno trata de reforzar todos los canales de comunicación posibles.

Además, ha señalado que el Ministerio de Comercio lleva tiempo trabajando en el tema con patronal y sindicatos y, en todo caso, confía en que la situación vaya mejorando a lo largo de los días. Con todo, ha reconocido que ha podido hacerse «no todo lo ágil o lo rápido que se quisiera».

NO PRETENDÍA TENER FALTA DE EMPATÍA: «ME QUEDÉ PREOCUPADA»

Además, ha admitido que se quedó «un poco preocupada» por la sensación de poca «empatía» con los hosteleros cuando afirmó que no tenían por qué reabrir sus establecimientos si no estaban cómodos. «Nada más lejos», ha asegurado.

En los últimos días el Gobierno ha decidido elevar al 50 por ciento el aforo que se permitirá en las terrazas en la fase 1 de la desescalada y Ribera ha destacado que se ha «escuchado el mensaje de la patronal» y que seguirá siendo clave el diálogo.

En ese sentido, ha señalado que el plan de desescalada tiene «medidas orientativas» que posteriormente hay que graduar en cada una de las órdenes ministeriales y que habrá que ver cómo se puede «acompañar» a los pequeños comerciantes y propietarios que van reanudando la actividad.

«Es obvio que si las cosas no acaban de funcionar pueden esperar a otro momento en que las condiciones de apertura sean más favorables, pero es importante que tengamos diálogo», ha añadido. De hecho, ha reconocido que aún habrá circunstancias que no serán fáciles para mucha gente, y por eso ha señalado que hay que pensar en cómo se puede ayudar, aun sabiendo que «no hay ninguna varita mágica».