El 36 por ciento de los médicos ha estado en contacto con pacientes de COVID-19 sin el equipo de protección individual (EPI) necesario, según una encuesta publicada de Medscape realizada a finales de abril entre medio millar de profesionales médicos.
Además, el 43 por ciento de los médicos que regresaron a la actividad para ayudar, tanto profesionales jubilados como los que no ejercían por otros motivos, considera que continuará trabajando tras el COVID-19.
El 54 por ciento de los profesionales médicos encuestados se muestran satisfechos trabajando con pacientes COVID-19, siendo únicamente un 6 por ciento los que se consideran muy insatisfechos. El 68 por ciento de los médicos considera que no todos los involucrados en el cuidado de pacientes con COVID-19 fueron supervisados y capacitados adecuadamente.
Uno de los múltiples retos en la pandemia es la falta de tratamientos específicos o un método preventivo para contraer la infección, por lo que ante el efecto del desborde en las unidades de cuidados intensivos, el 52 por ciento de los médicos están de acuerdo en que la aprobación de las vacunas y medicamentos debe acelerarse.
«Con la crisis del coronavirus el entorno médico se ha visto empujado a primera línea de una intensa batalla, impensable unos meses antes, y que puede afectar a la satisfacción por el ejercicio de la profesión», comenta Javier Cotelo Vila, miembro del Comité Editorial de la edición española de Medscape.
Por último, en la encuesta, los médicos han denunciado algunos dilemas éticos a los que se han enfrentado: «Aunque existe una evidente sensación de inquietud en las respuestas recogidas en la encuesta, nos encontramos con el dato esperanzador de un gran número de médicos satisfechos con su trabajo y con el trato a pacientes con coronavirus, incluso entre aquellos que regresaron a la actividad médica con motivo de la pandemia».