La preocupación por el peso es una realidad que afecta en mayor o menor medida a todas las personas. Vivimos en un mundo lleno de estímulos, de tentaciones azucaradas y de oferta fast food, dentro de un estilo de vida generalmente apresurado, que no nos deja tiempo para conectar con una alimentación más consciente, y ni tan siquiera para escuchar lo que nos pide el cuerpo. Si esto lo unimos al sedentarismo, el resultado son unas tasas de sobrepeso y obesidad muy preocupantes. Y en este contexto aparecen las promesas de las dietas milagro, que en la mayoría de los casos funcionan, pero deberían ser solamente una parte de un plan más global.
FASTING O DIETA DEL AYUNO
El casting o ayuno intermitente está de moda y es un auténtico ‘boom’ entre las dietas. Lo mencionan en medios de comunicación y redes sociales, y tiene tantos fans como detractores. Existen muchos tipos de ayuno intermitente pero el más conocido es el 16/8 que consiste en tomar las 3 comidas habituales en 8 horas y ayunar durante las 16 restantes. En este tiempo solo se puede tomar agua, café o infusiones. Esto crea un déficit calórico y ayuda a activar el metabolismo, porque el cuerpo, para cubrir las necesidades de energía, recurrirá a la grasa acumulada.
Obviamente, funciona y en una semana se pueden perder varios kilos, pero estos se recuperarán si no se introducen unos hábitos de vida saludables. Las personas con tendencia a sufrir trastornos de la alimentación no deberían hacer jamás un fasting.
