Els Joglars vuelve a los Teatros del Canal con ‘Señor Ruiseñor’

La compañía Els Joglars vuelve a los Teatros del Canal con ‘Señor Ruiseñor’, una sátira que reivindica el arte como antídoto contra fanatismos políticos, y que constituye «una mirada ingeniosa y cómica al conflicto catalán».

La pieza, que estará entre el 2 y el 20 de septiembre en la Sala Verde, se compone de una serie de «escenas y situaciones pintorescas» que combinan la realidad que se vive en Cataluña con el arte, representado en la figura del intelectual Santiago Rusiñol, a quien llamaban Ruiseñor en Aranjuez», han explicado los Teatros del Canal en un comunicado.

Rusiñol o el Ruiseñor, a quien hace honor el título de la pieza, ha pasado a la historia no solo por su obra sino también por sus escritos y su participación en los círculos modernistas de la Barcelona del siglo XIX.

Encarnado por Ramón Fontserè, que también se ocupa de la dramaturgia junto con Dolors Tuneu y Alberto Castrillo, Rusiñol aparece en la obra en su estudio-museo, donde está pintando ‘La morfina’, una pintura muy significativa en su trayectoria ya que él mismo fue adicto a esta droga.

El efecto del estupefaciente lo sitúa ante la irrupción de unas huestes destructivas que acaban con su casa-museo y sus objetos, pinturas y obras literarias. Así, el enfrentamiento y los conflictos se suceden con ferocidad, sarcasmo y humor, con Rusiñol defendiendo una forma de vida que se resiste a desaparecer ante el asalto de lo que considera la barbarie, resume el comunicado.

Pero, se plantea el interrogante de si se trata del auténtico Rusiñol o de un guía reubicado en espera de la jubilación, que actúa en la visita teatralizada del museo, y, por lo tanto, es simplemente el conflicto laboral de un empleado cuyo desequilibrio le ha llevado a creerse el personaje, y se niega a cambiarlo ante la imposición de nuevos héroes y mitos revolucionarios.

La obra persigue «conmover al espectador pero también generarle reacciones, y reivindicar el arte como patria universal, arma de destrucción de fanatismos y forma de expresión libre y sin tabúes», así como plantear «la realidad actual contrastada con lo que fue, en el pasado, esta sociedad a orillas del Mediterráneo».