Los lugares más raros donde la DGT deja sus radares

“Hago chas y aparezco a tu lado”. Cantaba hace años el grupo Alex y Cristina, pues bien algo parecido nos ocurre con los radares de la Dirección General de Tráfico (DGT). Nunca sabemos dónde pueden estar. Y menos aún si parece que los organizadores de ellos van a pillar. Y es que te vamos a presentar los lugares más raros donde la DGT deja sus radares. Mucho ojo porque pueden estar donde menos te lo esperes.

Los radares fijos sabemos donde están. Es más, la propia DGT nos avisa, nos pone carteles y en su página web podemos verlos todos situados. Ahora bien, con los radares móviles, es otra cosa. Esos no sabemos dónde están y provocan que muchas multas lleguen por sorpresa. Ahora bien, nuestra recomendación, como siempre, es que no tengas prisas y que cumplas no las normas de circulación.

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Radar en miniatura

Luego hay otros radares de la DGT que no llaman la atención por dónde están, sino por cómo son. Y es que son en tamaño reducido. Son los llamados velolaser. Se trata de unos pequeños aparatos que disponen de una funcionalidad muy amplia, una versión mejorada de los clásicos radares.

Tienen un tamaño minúsculo. Unos 50 centímetros y tres kilos que provocan que reconocerlos en la carretera sea mucho más complicado que localizar los radares convencionales. Y al ser tan pequeños se pueden colocar en cualquier sitio. Así, pueden ser instalados con un trípode junto a un coche como hasta ahora, sobre un guardarraíl, enganchados a una señal o en la carrocería de un coche, etc. Vamos que la cosa se va a poner muy complicada. ¿No crees?