El ‘carmenismo’ se harta de los juegos fallidos de Errejón y mata Más País

  • Iñigo Errejón se mantiene como un francotirador para llevar a la izquierda al Gobierno.
  • El ex número dos de Podemos hace sangre contra Pablo Iglesias.
  • Pero Más País se está consolidando como un proyecto político fallido.
  • Errejón quiere distanciarse del Gobierno de España como una especie de ‘Pepito Grillo’ progresista que pide la implantación de una jornada laboral de cuatro días por semana. El líder de Más País, que ha desaparecido del registro de partidos de Interior por interés del ‘carmenismo’ también protesta contra el pacto entre el Gobierno y PNV para eliminar el impuesto al diésel, y muestra su enfado porque el Ejecutivo ha aumentado la partida presupuestaria a la Casa Real «sin exigir más transparencia» a Zarzuela.

    El ex número dos de Iglesias también saca tiempo para escribir en revistas marxistas como Jacobin Magazine que «la estalinización progresiva de la vida y el clima interno de Podemos fue expulsando a los compañeros y las compañeras más sensibles y menos duchos en las batallas internas. Más importante aún, se convirtió en una máquina de expulsión del talento».

    El diputado asegura que la corriente facción nacional-popular que él representada y los trotskistas de Anticapitalistas «fueron acorraladas y purgadas hasta encontrarse hoy ambas fuera de Unidas Podemos».

    Podemos, según Errejón, «se desangra en los territorios, ha perdido la mitad de su peso en el Congreso en tan solo tres años y ya no es en modo alguno el faro intelectual y cultural de la vida política española que fuese. Pero sus dirigentes se sientan en el Consejo de Ministros, y pocas cosas generan tanto poder como la apariencia de poder». Y dice que el Ejecutivo pagará «el mismo precio por ser atrevido que por no serlo, en tanto que la derecha en España no es culpa de hacer sino de ser».

    DE LA NECESIDAD, VIRTUD,

    Errejón asegura que «Unidos Podemos ha hecho de la necesidad, virtud. Como el que cobra una herencia en decadencia, ha conseguido convertir sus apoyos declinantes en entrada en el Gobierno» de España.

    La formación morada, según el diputado, «se desangra en los territorios, ha perdido la mitad de su peso en el Congreso en tan solo tres años y ya no es en modo alguno el faro intelectual y cultural de la vida política española que fuese. Pero sus dirigentes se sientan en el Consejo de Ministros, y pocas cosas generan tanto poder como la apariencia de poder».

    «En lo fundamental, fía su porvenir a mantenerse como socio subalterno de gobierno del PSOE confiado en que, incluso si siguen bajando, este no tendrá otra alternativa mientras subsista la polarización en el arco parlamentario. En lo orgánico, ha terminado con las limitaciones salariales y límites a la reedición de mandatos, ha terminado expulsando a Teresa Rodríguez y los anticapitalistas y se dirige a un proceso de fusión lenta con IU-PCE. Sánchez a menudo les recompensa, en el actual revival español de las categorías de la Transición, con comentarios elogiosos sobre la contribución histórica del Partido Comunista al régimen de 1978 como partido responsable y de orden», añade.

    El politólogo afirma que «podríamos decir que hace seis años las palabras eran suaves y el discurso radical, por cuanto apuntaba a una confrontación democrática con la oligarquía y una refundación (pluri)nacional, y hoy las palabras son más duras (de más carga histórica y lírica para los militantes) mientras que el discurso se ubica en las coordenadas tradicionales del orden de 1978 y convoca a frenar a la derecha«.

    GUERRA, ¿ARTIFICIAL?

    Errejón dice que «un gobierno progresista no debería ser el que choca mucho con la derecha sino el que garantiza vidas libres de miedo para los humildes. Conviene no olvidar que los reaccionarios son el síntoma de un profundo envilecimiento social provocado por el neoliberalismo. Es por eso que el Gobierno necesitará una dinámica social, intelectual y política autónoma que le empuje a ir más allá de lo planeado. En todo caso, pagará el mismo precio por ser atrevido que por no serlo, en tanto que la derecha en España no les culpa de hacer sino de ser».

    «De pronto, en los días de más miedo e incertidumbre, y pese a décadas de propaganda neoliberal, nadie confió en la mano invisible del mercado ni en el emprendimiento privado: todos volvimos la mano hacia el Estado para que detuviese la movilidad, organizase parte de la producción y salvase vidas gracias a la sanidad pública», añade.

    CONSTRUIR MÁS MADRID

    Errejón también ha explicado el futuro de Más Madrid: «Dijimos desde el principio que nos íbamos a construir haciendo las cosas mejor: distribuyendo el poder, desconcentrando las decisiones, federando desde abajo. La alternativa se tiene que parecer ya al país que soñamos».

    «Acostumbrados al cinismo que impera en nuestros días, quizás para muchos esto fuese solo retórica. Pero el caso es que comenzamos a hacerlo tal y como dijimos : empezando por lo cercano, formamos una dirección de Más Madrid en la ciudad y en la comunidad, con Rita y con Mónica de portavoces que son ya hoy las caras de la alternativa al PP de Almeida y Ayuso«, sigue.

    Y recuerda: «Hace un año Más País concurrió a las elecciones generales apenas sin tiempo. Obtuvimos 600.000 votos y 3 diputados. Fuimos decisivos para la investidura de este gobierno y desde entonces hemos sido fundamentales desde el Congreso en marcar un rumbo verde, de justicia social y de radicalidad democrática. En este año de trabajo hemos consolidado un espacio propio, necesario y con una relevancia política en aumento».

    «La terrible pandemia y la crisis lo han cambiado todo y han generalizado la incertidumbre y la ansiedad. Por debajo del país oficial, en el país real la vida se ha vuelto cada vez más dura. Por eso nosotros hemos apostado por ser responsables, firmes e innovadores. Apostar fuerte por reconstruir la sociedad para que nadie viva con miedo, que es la única forma de ser libres«, añade.

    Y remata: «Nos habéis leído, visto y oído mucho, en el trabajo institucional y en el trabajo cultural por construir un país justo y verde. En el trabajo ideológico por la libertad en común, por el tiempo, la Tierra y reconstruir la comunidad. Por fundar la convivencia en sabernos frágiles e igualmente necesitados de la cooperación y la solidaridad. Con humildad pero con muchas ganas, seguimos adelante, echando raíces, construyendo la casa por los cimientos y federando fuerzas».