No es que sean dos gotas de agua. De hecho, el exvicepresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio Aguado, y la candidata de Vox a las elecciones autonómicas del 4 de mayo, Rocío Monasterio, se enzarzan cada vez que pueden. Sin embargo, ambos comparten una misma estrategia en cuanto a la cultura se refiere: no le dan ni la más mínima importancia. Aguado ya quiso erradicar la Consejería de Cultura y convertirla en una viceconsejería que dependiera de él directamente y que estuviera coordinada por la dirigente de Ciudadanos con estudios nivel Cifuentes Esther Ruiz. Todo se fue al traste cuando salió a la luz, pero lo cierto es que ahora Vox, si tiene la llave de Gobierno tras las elecciones, pretende hacer con Cultura exactamente lo mismo que hizo Aguado: degradar la consejería.
Para Vox, se tira mucho dinero público en estupideces. Esto es cierto. Las diputaciones y otros organismos que generan duplicidades son un lastre. Sin embargo, la ambición de Vox se ha pasado de frenada en algunas cuestiones clave como es la posibilidad de eliminar la Consejería de Cultura (y con ella otras tantas) y ya hablan de convertirla en una viceconsejería que dependiera de otra más grande; básicamente hacer lo mismo que intentó Aguado en su momento para intentar someter a su control a la Consejería de Cultura y a Marta Rivera de la Cruz, aunque no lo consiguió.
Para Vox, Cultura no es un área que precise de una consejería entera con todo el gasto público que ello conlleva. Consideran que se puede simplificar el peso de la administración pública y que se puede hacer lo mismo en referencia a la Cultura con una viceconsejería que dependa de otra. Vamos, en la práctica habría un organismo público que coordinaría todo lo que hasta ahora ha tramitado Rivera de la Cruz solo que con un departamento con menos personal y posiblemente con menos presupuesto. Desde luego, las asociaciones culturales no ven clara esta propuesta de Rocío Monasterio pese a que Vox exigirá que solo haya seis o siete consejerías en la Comunidad de Madrid si tienen capacidad para condicionar el Ejecutivo autonómico.
No sabemos si Vox dedicará mucho tiempo a paliar las consecuencias de la pandemia en asociaciones como las de actores y actrices, pero desde luego sí que prestarán más atención a áreas como el sector taurino, eso sí, desde una viceconsejería que dependería de otra más grande.
Rocío Monasterio no deja claro si pedirá consejerías
Sobre si Vox exigirá asientos, hay serias dudas. Desde el partido coordinado por Rocío Monasterio no dejan claro si pedirán consejerías para apoyar una hipotética investidura de Isabel Díaz Ayuso o no. De hecho, insisten en que para ellos es más importante abordar cuestiones programáticas como el pin parental o reducir el peso de la administración pública antes que pedir sitios para gestionar. Aguado tenía la obsesión de formar un gobierno en paralelo dentro de la Comunidad de Madrid alternativo al de Ayuso. Pero Vox tiene exigencias muy diferentes.
En cualquier caso, es curioso que hayan coincidido (aunque por motivos distintos) el plan de Aguado y el de Monasterio. Aguado quería someter a Rivera de la Cruz y echarla del ejecutivo porque no obedecía sus órdenes con la disciplina que él quería. Lo que buscó el dirigente naranja era colocar al frente de la Consejería de Cultura a un nuevo perfil fiel y maleable como era el de la candidata con estudios superiores (un curso de unas pocas horas y menos de 200 euros) Esther Ruiz. Y lo que busca Monasterio es básicamente que se acabe el reguero de gasto público en cuestiones que, a su juicio, son prescindibles.
EL PP SE NIEGA
El Partido Popular, sin embargo, no tiene ninguna intención de eliminar la Consejería de Cultura, tal y como sí pretende Vox. Los de Ayuso pretenden mantener todo tal y como está, sin cambios. De hecho, en referencia a la Consejería de Cultura, la presidenta tiene intención de volver a fichar a Marta Rivera de la Cruz para que continúe con su proyecto independientemente de que provenga de Ciudadanos. Todos los sectores culturales de la Comunidad de Madrid están encantados con la gestión dada por Rivera de la Cruz y su equipo hasta el punto de que asociaciones históricamente progresistas han reconocido el esfuerzo de la dirigente de Ciudadanos en abordar sus problemas en plena pandemia.
Los populares entienden que las consejerías que hasta ahora han funcionado lo han hecho bien y que no sobra ninguna. Cultura, de hecho, es una de las áreas que más ha regado de prestigio al equipo de Gobierno de la Comunidad de Madrid. El «método Rivera» o cómo hacer que los teatros, los cines y los conciertos se sigan ofreciendo en plena pandemia de coronavirus ha despertado la curiosidad en toda Europa y ha dejado entrever que con trabajo y empeño se pueden hacer las cosas sin necesidad de trabajar solo a golpe de prohibición.