El Museo Gugenheim de Bilbao acogerá, desde este viernes hasta el 6 de febrero, la exposición «Alice Neel: Las personas primero», la primera restrospectiva en España de la artista estadounidense fallecida en Nueva York en 1984.
La muestra de la artista nacida en pensilvania en 1900, abarca toda la trayectoria artística de Neel a través de casi un centenar de pinturas, dibujos y acuarelas, que incluyen sus retratos «más impactantes, celebrados hoy en día por su perspicacia psicológica».
Según ha informado la institución museística, la exposición, patrocinada por Iberdrola, está organizada por el Metropolitan Museum of Art en colaboración con el Museo Guggenheim Bilbao y The Fine Arts Museums of San Francisco.
La muestra está comisariada por Kelly Baum, curator de arte contemporáneo ‘Cynthia Hazen Polsky and Leon Polsky’, y Randall Griffey, curator de arte moderno y contemporáneo, The Met, con Lucía Agirre, curator del Museo Guggenheim Bilbao.
El recorrido comienza por algunas de sus primeras obras, como Chica francesa (French Girl, 1920’s), realizada probablemente durante su estancia en la Escuela de Diseño para Mujeres de Filadelfia, y el retrato de Carlos Enríquez (1926), «una obra de pincelada suelta» que fue exhibida en 1927 en La Habana.
Según el Guggenheim, Neel documenta en sus obras «escenas de pérdida y sufrimiento, pero también de fuerza y resistencia con una franqueza implacable y una aguda empatía».
Durante el «largo periodo» en el que vivió en el Spanish Harlem de Nueva York, Alice Neel «capturó con su pincel el alma de sus vecinos, una población étnicamente diversa y desfavorecida, que hasta entonces rara vez había sido sujeto artístico».
«Su atención a las vulnerabilidades de sus personajes impregna su obra de un sentimiento inconfundible, destacando en su obra la visibilización de las luchas emocionales y físicas de las mujeres, especialmente de las mujeres pobres como ella misma», ha asegurado el museo de arte contemporáneo.
Según indica, cuando la figuración «pasa de moda» en las décadas de 1940 y 1950 y en Nueva York «triunfa el Expresionismo Abstracto», que Neel califica de «antihumanista», la artista «se niega a alterar su estilo, aunque la experimentación formal y técnica siempre formó parte de su práctica».
La desnudez y el sexo «como parte de la experiencia humana» son «temas centrales» en la obra de Alice Neel, quien «subvierte con aplomo el habitual tratamiento que se da a este género a lo largo de la historia del arte, donde las mujeres son mero objeto erótico».
La artista misma afirmó en 1950, que «las personas son lo primero». He tratado de afirmar la dignidad y la importancia eterna del ser humano», dijo.