La luz vuelve a la incertidumbre del pasado octubre y con un gas un 800% más caro

Los precios de la luz volverán este mes a la incertidumbre alcanzada el pasado octubre en donde los costes del gas eclosionaron arrojando un promedio de 81 euros el megavatio hora, un 800 por ciento más altos que en 2020. Esto supone «un cóctel explosivo al que se ha unido, desde finales de noviembre, el rally alcista del CO2 que ya se acerca a una revalorización cercana al 200 por ciento», según ha detallado la consultora Tempos Energía.

«Volvemos a la casilla de salida», ha subrayado el director general de la consultora energética, Antonio Aceituno, quien señala que, «cuando concluya la burbuja especulativa de los mercados energéticos y los precios bajen un poco, hay razones para pensar que la desescalada será muy suave».

Según este experto y para hablar de unos precios más competitivos y estables en 2022, el CO2 tendría que situarse en los 190 euros la tonelada para fomentar la sustitución del carbón por los ciclos en la entrega de la electricidad de 2022. A ello se suma que el Gobierno alemán ha apuntado a un precio mínimo del carbono de 60 euros/t, «lo que envía una potentísima señal alcista a los mercados».

A la escalada de precios del carbono se une «el verdadero jefe» de los mercados energéticos actuales, el gas natural, que con múltiples frentes abiertos está determinando el precio de la electricidad en todo el mundo.

«El gas se ha convertido en la piedra angular de la economía en Europa«, ha dicho Aceituno. «Por desgracia, el imparable ascenso del gas está propiciando que, a día de hoy, haya empresas que paguen por su factura mensual de electricidad hasta cinco, o seis veces más, con respecto a 2020. Todo un obstáculo para la economía europea que a duras pena se recupera de la crisis Covid y que ahora se enfrenta a un crack del mercado energético», ha añadido.

Para este bróker energético, el principal problema al que se enfrenta el gas natural es el referido a los inventarios, que se sitúan en su nivel más bajo desde hace diez años. Lo más importante, que esta fuente de energía terminará 2021 solo al 55% de su capacidad frente al promedio de diez años, cuando su capacidad estaba al 72% y en la misma época del año.

«El nerviosismo de los mercados eléctricos continuará a medida que los niveles de almacenamiento continúen descendiendo alarmantemente y con la perspectiva real de que solo quedará entre un cinco y un 15 por ciento de capacidad para marzo de 2022», ha dicho Aceituno, quien, teniendo en cuenta esta coyuntura, no pronostica un posible descenso importante de la energía hasta ya casi el verano de 2022.

El factor miedo cada vez más presente, incrementado con la situación de Ucrania donde las sanciones estadounidenses relacionadas con el gaseoducto Nord Stream 2 podría ampliar la suspensión actual y el aparentemente insaciable apetito de China por el gas natural licuado, no hace prever un buen contexto para los mercados energéticos en los próximos meses.

Desde Tempos Energía, que suma a esta ecuación alcista la llegada del frío al continente europeo, lo tienen claro: la mayor incógnita actual sigue siendo el gas. Si finalmente se soluciona la tensión en Ucrania y prospera de manera rápida la aprobación de la tubería, habría que confiar en el buen hacer de Rusia con una autopista libre para lanzar 55 bcm/año, es decir 55.000 millones de metros cúbicos al año de gas al continente, lo que evitaría comprometer el periodo de inyección del próximo año y con ello bajarían los precios.