Los negociadores del Parlamento Europeo y del Consejo han acordado esta madrugada la revisión de la directiva sobre agentes cancerígenos y mutágenos que reducirá el límite permitido de exposición al benceno y establece niveles nuevos para el níquel y el acrilonitrilo en los lugares de trabajo.
La UE quiere reforzar así la protección de los trabajadores europeos frente a sustancias cancerígenas o que puedan tener efectos negativos sobre la fertilidad. Para que el acuerdo pueda entrar en vigor necesita aún el visto bueno formal del pleno de la Eurocámara y de los Veintisiete.
El resultado de las negociaciones recoge la petición de los eurodiputados de que la Comisión Europea presente un plan de acción diseñado para limitar los valores de exposición profesional para al menos 25 sustancias o grupos de sustancias antes de 2022.
También se incluye como novedad respecto a la propuesta inicial de Bruselas que los trabajadores que tengan que estar en contacto con medicamentos peligrosos reciban formación específica y suficiente al respecto, con el objetivo de mejorar la protección del personal médico.
En este caso, se trata de medicamentos citotóxicos que tienen compuestos químicos que inhiben el crecimiento y multiplicación de células y se pide al Ejecutivo comunitario que prepare líneas directrices y normas prácticas comunes sobre la preparación, administración y eliminación de estos medicamentos.
