Son muchas las voces que se han alzado contra la pasión del Gobierno por las restricciones y la prohibiciones. Lo curioso es que, hasta ahora, solo han hecho ruido las que se ubican a la derecha del espectro político. Pero esto parece que está cambiando; al menos en el PSOE. El partido del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no está tan unido como le gustaría al líder de la formación. De hecho, la imposición de mascarilla al aire libre ha desatado una oleada de críticas internas en el PSOE que amenaza con cambiar el rumbo de las medidas del Gobierno. Al menos de aquellas para combatir el virus. Que «Isabel Díaz Ayuso ha sabido leer lo que quieren los ciudadanos» es una afirmación que coge forma por segundos y que se repite cada vez más en Ferraz. Y Sánchez es consciente de la pequeña revolución que se cuece bajo sus pies.
Las críticas son constantes. En el PSOE no todos comparten la adicción a las restricciones de algunos de sus dirigentes y barones. El más «yonki» de las prohibiciones es el presidente de la Comunidad Valencia, Ximo Puig, pero el Gobierno no se ha quedado atrás a la hora de afrontar el elevado número de contagios.
desde el PSOE no ven con buenos ojos que el Ejecutivo recurra a las prohibiciones cada vez que los contagios suben
En Ferraz son muchos los que se quejan de la idea de que sea la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en particular y toda la derecha en general (incluido Vox) los que se hayan hecho con la bandera de la libertad. Fuentes del PSOE consultadas por MONCLOA.com insisten en que, mientras que al principio de la pandemia entendieron que las prohibiciones fueron la única vía para controlar la pandemia, ahora desde el PSOE no ven con buenos ojos que el Ejecutivo recurra a las prohibiciones cada vez que los contagios suben. Estas mismas fuentes indican que hay un sector importante del partido que ha trasladado a los ministros más reconocidos su malestar por esta situación y por el hecho de que la derecha se haya hecho con la bandera de la libertad.
Ximo marcó el camino a muchos barones socialistas y populares, pero es que el Gobierno parece que también ha seguido los pasos del valenciano y que no tiene ideas. En cuando ómicron elevó el número de contagios a niveles del principio de la pandemia (o más, si cabe, dado que en un principio no se podía contabilizar el número real de contagiados), el Ejecutivo salió ante los medios en un Consejo de Ministros extraordinario para imponer una medida tachada por muchos expertos como ineficaz: la vuelta al uso de la mascarilla en exteriores. Esto ha sido el pistoletazo de salida, según las fuentes, por el que un grupo cada vez mayor del PSOE se ha rebelado contra su propia directiva por dejar que la derecha se apropie de conceptos como el de libertad.
Las quejas se dejan entrever en cualquier acto socialista. Ya sea en desayunos informativos o en los pasillos del Congreso de los Diputados, los choques internos por la política de Sánchez se dejan entrever por segundos. No hay que irse muy lejos para ver esta evidencia confirmada por fuentes del PSOE. Y todo esto desemboca en la idea de que Sánchez va a dejar de utilizar las prohibiciones como método para controlar la pandemia. De hecho, las últimas palabras del presidente dejan entrever que los socialistas cambiarán de rumbo al arranque de este año.
«Hay que aprender a convivir con el COVID como lo hacemos con otros muchos virus»
El presidente del Gobierno lo ha dejado claro. No puede soportar más que las críticas internas sigan al alza y debe cambiar su política para mantener las costuras cerradas. «Hay que aprender a convivir con el COVID como lo hacemos con otros muchos virus», ha asegurado el líder socialista este viernes, para poco después aclarar que «debemos adaptar nuestra respuesta institucional y social a las actuales características de esta enfermedad».
LOS ‘YONKIS’
El boom de contagios por coronavirus a las puertas de Navidad ha hecho que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez organice una Conferencia de Presidentes con el objetivo de coordinar una respuesta común capaz de frenar la sexta ola. En esta reunión, que tendrá lugar el 22 de diciembre, estarán todos los presidentes autonómicos y algunos de ellos pedirán restricciones para aminorar los contagios. Entre estos barones destacan una serie de presidentes «yonquis de las restricciones» que no cesan en pedir medidas más duras para hacer descender la curva epidemiológica aunque estas hayan cosechado escasos resultados. Entre este selecto club de presidentes «yonkis de las restricciones» se encuentran Juanma Moreno, Emiliano García-Page, Ximo Puig, Alberto Núñez Feijoo e Iñigo Urkullu. Los cinco van a solicitar al presidente del Gobierno de España más prohibiciones entre la que se encuentra la vuelta de mascarilla en exteriores, una medida poco efectiva a ojos de los expertos.